Plantando iglesias entre los pobres de la ciudad: Una antología de recursos de plantación de iglesias urbanas

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¡Que venga Tu Reino! Lecturas sobre el Reino de Dios Editado por Terry G. Cornett y Don L. Davis • El Reino de Dios. Módulo 2, Currículo Piedra Angular . Wichita: The Urban Ministry Institute, 2005.

Un cuento de dos reinos Esta es la parábola de un reino, de un príncipe usurpador del reino de este mundo. Por medio de un plan maestro de astutos engaños, ha conseguido que millones de súbditos estén bajo su poderoso gobierno. Por supuesto, él los ha seducido desde el reino de otro monarca, pero que él considera suyo. Después de todo, ya han estado bajo su dominio durante algún tiempo considerable, y el enemigo aún no les ha venido a buscar. Sí, en la mente de este príncipe, estas personas son legalmente su pueblo y esta tierra su tierra. La posesión es, según él, las nueve décimas partes de la ley. De repente, sin mucho aviso, el gobierno de su rival entra en acción. El Hijo del monarca enemigo es enviado al propio territorio del príncipe (bueno, sí, él lo robó, pero . . .) para recuperar quienes volverán a ser parte de su reinado. El plan del monarca es sacar a estas personas de debajo de la autoridad, la filosofía y el estilo de vida del príncipe. Lo más atroz de todo es que el monarca establece su gobierno en la misma propiedad del príncipe. Y en vez de remover inmediatamente del país a sus súbditos restaurados, los mantiene allí hasta que una enfermedad llamada muerte (consecuencia del régimen del príncipe que con el tiempo reclama la vida de todos) produce un cambio en su existencia. Para hacer el asunto aún más grave, el Hijo hasta promete a la gente que los salvará de la muerte, convirtiéndose en las primicias de esa promesa al morir y volver a la vida. Intranquilo, pero invicto (piensa él), el príncipe lanza un contraataque por todos los frentes. Evidentemente, no es rival para el otro Rey en un mano a mano. Así que pone en marcha un nuevo plan engañador, mintiéndoles a sus ciudadanos sobre el otro gobierno. Eso no siempre funciona, porque el Hijo del monarca sigue recuperando súbditos. Debido a que son criaturas tan débiles, sin embargo, el príncipe no ve ninguna razón para renunciar a la esperanza de que vuelvan. Es entonces que, incluso después de que se convierten en ciudadanos de ese otro reino, él los continúa presionando. La falsedad es el arma más común del príncipe. Él la utiliza en los puntos más estratégicos. Dado que las personas más comprometidas son las más peligrosas, ataca a los zelotes que hay entre sus antiguos súbditos mediante rumores sobre ellos e intimidándolos con indicios de su poder.

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