Practicando el Liderazgo Cristiano, Libro de Notas del Estudiante, SW11
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P R A C T I C A N D O E L L I D E R A Z G O C R I S T I A N O
con su esposa, o una noche familiar con sus hijos. Adaptarse al horario de este hermano se hizo muy difícil y por ende terminaron reuniéndose con poca frecuencia, y al final renunció, sin ni siquiera dejar saber a los ancianos de su decisión. ¿Qué estaba bien o mal en el juicio de este estimado hermano?
Nada que Dios y yo no podamos manejar
En una época donde está muy de moda consultar a los psicólogos y psiquiatras, creyendo que éstos son los verdaderos médicos del alma, muchos cristianos rechazan cualquier tipo de estrategia terapéutica por creerlas limitadas e ineficaces. Muchos en la actualidad desacreditan los tratamientos sobre-medicados y las respuestas que muchos terapeutas dan a la depresión de nuestros días. Otros, al haber sido ayudados por el consejo y los medicamentos que recibieron por parte de la comunidad psiquiátrica, creen que no hay nada de malo con las estrategias en las cuales se dice la verdad y se lidia con problemas físicos reales. ¿Cuál es su opinión acerca de la utilidad y validez de la psiquiatría en la actualidad? ¿Es posible que los discípulos que están madurando en Cristo sean ayudados en tiempos difíciles por terapeutas entrenados, o debiéramos aprender a usar más eficazmente los recursos disponibles en la iglesia? Debido a la terrible tragedia que golpeó recientemente Nueva Orleans, (la inundación y el huracán que azotó la costa del Golfo), teólogos, éticos y eruditos religiosos buscan darle sentido, defendiendo el hecho de que Dios es bueno y amoroso. En una reciente transmisión, un distinguido panel de sacerdotes, profesores y rabinos discutían el origen del huracán y su poder destructivo. Un rabino declaró con seguridad que Dios no causó ni causaría este huracán, que lo sucedido no tiene nada que ver con Su persona. Él dijo que el huracán debe tomarse simplemente desde el punto de vista geográfico, es decir, las aguas calientes del golfo y las condiciones medioambientales hicieron posible semejante tormenta. El rabino dejó a Dios completamente fuera de toda responsabilidad, declarando no haber tenido parte alguna en el huracán y las consecuencias del mismo. ¿Qué es correcto, qué está mal, o es neutral en la interpretación del rabino sobre la fuerza destructiva del huracán Katrina? ¿Cómo distinguimos qué eventos pueden ser legítimamente llamados “actos de Dios” y cuáles, como dijo el rabino, no tienen nada que ver con la voluntad soberana del Dios Todopoderoso? Preguntas que dan de qué hablar
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