Practicando el Liderazgo Cristiano, Libro de Notas del Estudiante, SW11

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P R A C T I C A N D O E L L I D E R A Z G O C R I S T I A N O

Por Su gracia y amor, Dios nos ha dado el sublime privilegio de representar Sus propósitos e intereses en medio de Su pueblo. Somos parte de una cadena inquebrantable de siervos que se han sacrificado, trabajado y dado todo de sí para la gloria del Señor Jesucristo, nuestro recurso y nuestra vida. Como líderes cristianos debemos reflejar la hermosura y el carácter de Cristo entre su pueblo. Hemos sido llamados a ministrar. Este ministerio tiene muchas facetas, incluyendo la de guiar al pueblo de Dios en adoración, Palabra y sacramentos, incorporar y mentorear a los nuevos creyentes a la familia de Dios. Como sus representantes, somos llamados a exhortar y animar a Su pueblo para la edificación y supervisar con responsabilidad la disciplina espiritual y restauración de aquel que se ha alejado. En esta lección hemos aprendido que el líder cristiano también provee consejo al pueblo de Dios y una dirección espiritual eficaz a través de un cuidadoso y pertinente uso de la Palabra de Dios, así como también cuida y busca el bienestar y la sanidad de los miembros del rebaño de Cristo, durante los tiempos de prueba y angustia. Entre otros, éstos conceptos radican en el corazón de un verdadero liderazgo cristiano, el cual se basa en el modelo de Cristo y el ejemplo de los apóstoles. Lo más obvio en esta realidad es que nadie puede obtener por sus propias fuerzas y esfuerzo la práctica de estos estudios. Solamente es posible con el poder de Aquel que nos llena de la presencia de Cristo. El Padre nos ha enviado al Espíritu Santo para que podamos recibir su llenura, con el propósito de representar a nuestro Señor con honor y excelencia. Nuestro deseo más sincero es que el Espíritu Santo le llene con su presencia y le dé sabiduría para comprender la Palabra de Dios, con el propósito de que sea digno de representar a nuestro Señor en medio de su querido pueblo. Que nuestro Salvador le dé gracia y dirección a medida que se esfuerza por vivir su llamado de liderar con excelencia y honor, todo para la gloria de Dios en Cristo. ¡Amén!

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