Practicando el Liderazgo Cristiano, Libro de Notas del Estudiante, SW11
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P R A C T I C A N D O E L L I D E R A Z G O C R I S T I A N O
A P É N D I C E 3 9 El ministerio de alabanza y adoración Rev. Dr. Don L. Davis
El llamado especial al ministerio de alabanza y adoración
La alabanza que vence no es simplemente la alabanza ocasional que fluctúa según el humor a las circunstancias. Es una alabanza continua, una vocación, un estilo de vida. “Bendeciré al Señor en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca” (Salmos 34.1). Bienaventurados los que habitan en tu casa; perpetuamente te alabarán”. (Salmos 84.4). Se ha dicho que es tan importante la alabanza en el cielo, que ciertos seres espirituales se dedican totalmente a la misma (Apocalipsis 4.8). Dios le dio al rey David tal revelación de la importancia y el poder de la alabanza sobre la tierra, que siguiendo el modelo divino, separó y dedicó un ejército de cuatro mil levitas cuya única ocupación era alabar a Dios (1 Crónicas 23.5). No hacían nada más. Uno de los actos oficiales del rey David antes de su muerte fue la organización de un programa formal de adoración. Cada mañana y cada noche un contingente de esos cuatro mil levitas se unía en este servicio: “y para asistir cada mañana todos los días a dar gracias y tributar alabanzas a Jehová, y asimismo por la tarde” (1 Crónicas 23.30). Para vergüenza y fracaso de la iglesia, la importancia del contenido de la alabanza masiva en la Palabra ha sido largamente pasada por alto. La alabanza más efectiva debe ser masiva, continua, un hábito fijo, una ocupación de tiempo completo, una vocación diligentemente perseguida, un estilo total de vida. Este principio se enfatiza en Salmos 57.7: “Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto; cantaré, y trovaré salmos”. Esto sugiere un hábito premeditado y predeterminado de alabanza. “Mi corazón esta DISPUESTO”. Esta clase de alabanza depende de algo más que de una euforia temporal.
~ Paul Billheimer, Destined for the Throne , pp. 121-22.
I. Objetivo centrado en exaltar a Dios, Sal. 150.5; Ap. 4.11; Sal. 29.1-2
A. “Por eso es que lo alabamos, por eso es que cantamos”
1. Para expresar nuestro gozo en Dios en el Espíritu Santo
2. Para reconocer la gracia de Dios en la persona de Jesucristo
3. Para experimentar la presencia de Dios
4. Para ver la belleza de Dios en medio de su pueblo
B. Adorar no es
1. Sólo buena música
2. Liturgias realizadas profesionalmente
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