Practicando el Liderazgo Cristiano, Libro de Notas del Estudiante, SW11

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P R A C T I C A N D O E L L I D E R A Z G O C R I S T I A N O

respondió: “Señor tú lo sabes todo; tú sabes que te amo”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”). Como líderes cristianos debemos incorporar a los nuevos creyentes a la comunión en Cristo, creando un ambiente donde se les pueda dar la bienvenida e integrarlos a nuestra vida y relación en el cuerpo. La incorporación es un principio bíblico fundamental para el cuidado cristiano, creando un ambiente propicio para que los nuevos miembros del cuerpo sean recibidos en la familia de Dios. Nuestra habilidad para dar la bienvenida a los nuevos creyentes calurosa, rápida y suavemente a nuestra comunidad cristiana determinará la viabilidad en general de nuestra iglesia y su testimonio entre aquellos que son diferentes a nosotros en trasfondo y cultura. Nadie necesita cambiar su identidad cultural para poder unirse al cuerpo de Cristo. Somos libres en Cristo de permanecer como somos, culturalmente, cuando primero recibimos a Cristo. Los nuevos miembros deben ser aceptados por su arrepentimiento y fe en Jesucristo, y deben ser cimentados inmediatamente en la sólida doctrina cristiana (catequésis). La incorporación también involucra hacer que los nuevos creyentes se sientan como en casa en la vida de la comunidad cristiana como también asegurarse que cada nuevo creyente reciba una supervisión pastoral amorosa. Los líderes cristianos están llamados a ser parte de la edificación de la Iglesia a través de la paternidad espiritual dada a los creyentes nuevos e inmaduros en el cuerpo de Cristo. Estos padres no se enseñorean ni controlan al nuevo creyente, sino que lo equipan a través de ejemplo y la enseñanza para que viva como discípulo maduro y fructífero de Cristo. Todos los esfuerzos para equipar y mentorear, tienen como objetivo que los miembros del cuerpo de Cristo crezcan en madurez, y no establecer un método de control de parte del líder o maestro.

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