Raíces Sagradas

Re-adopte la tradición Divina como medio para Exhibir la vida del Reino de “El YA y EL TODAVÍA NO”. La historia de Dios está directamente relacionada con la historia de nuestra Iglesia y las historias de nuestras vidas. Sin embargo, como muchos de nosotros nunca han sido expuestos al poder de la tradición divina, debemos crecer gradualmente para comprender el papel de la disciplina en el desarrollo de la espiritualidad comunal. Debemos aprender del ejemplo de Dios y su pueblo, de cómo él trazó para ellos un medio para que se acercaran a él (Éxodo-Deuteronomio). Podemos aprender mucho del esfuerzo de la Iglesia primitiva tocante a la preparación de los nuevos creyentes para el bautismo ( catecúmenos ). La Iglesia primitiva valoró mucho la acogida de nuevos creyentes en las congregaciones, estableciendo un régimen riguroso y estimulante para preparar a los candidatos al bautismo para su nuevo viaje de discipulado cristocéntrico en la Iglesia. En un sentido real, redescubrir nuestras Raíces Sagradas es aprender a restaurar la fe ortodoxa histórica como el corazón de nuestra identidad en la vida y el gobierno de la Iglesia. la inutilidad y los daños asociados con un formalismo muerto y una vana tradición. Admitamos que, aparte del Espíritu de Dios y su Palabra inspirada, la tradición inevitablemente obstaculiza el crecimiento espiritual, y puede conducir a la anulación de la Palabra y a una carnalidad religiosa. Es sólo cuando nos esforzamos por ser fieles a las Escrituras (la tradición apostólica), tal como se defiende en las enseñanzas ortodoxas de la Iglesia (la Gran Tradición) que podemos alcanzar madurez cristiana en nuestra espiritualidad y fruto en nuestros esfuerzos misionales. ¡Nuestro deseo no es comenzar algo nuevo para que muera pronto! Nunca debemos vivir solamente por el bien de la tradición. Lo que queremos es redescubrir y reflejar la antigua fe de los apóstoles. Nuestro objetivo debe ser nada menos que equipar a cada miembro de nuestra comunidad para participar y comunicar con claridad la historia de Dios en Cristo. Deseamos ver cumplida en nuestra vida la esperanza misma de Juan, la cual vemos en su primera epístola: Reaprendamos el papel que la tradición juega en nuestro discipulado cristiano y en la multiplicación del evangelio. Admitamos la utilidad de la tradición divina, y

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