Raíces Sagradas

CAPÍTULO 5

recursos parA LA PARTE I, “ELABORANDO EL CASO”

L a clave para recuperar nuestras raíces sagradas es nuestra fidelidad para leer y comprender la Biblia a través de los ojos de los apóstoles y los profetas. Ellos vieron a Jesús de Nazaret como el Mesías (ej., Lucas 24:27, 44-48; Juan 1:41-45, 5:39-40; etc.) y vieron las imágenes, los eventos, las instituciones, las profecías y la historia, como un testimonio de Cristo. La historia de Dios encuentra su sustancia y plenitud en la persona de Cristo; y el corazón de la adoración de la Iglesia primitiva y de la misión, era encarnar a Jesús y dar testimonio de él como el Cristo. Todos los gráficos mostrados aquí ponen en relieve esta hermenéutica (es decir, la forma de interpretación) de la Biblia, que revela cómo y de qué maneras la historia de Dios culmina en el Hijo de Dios, el Señor Jesucristo. Un gráfico que explica esta relación es El Antiguo Testamento testifica de Cristo y Su Reino , que muestra cómo el Antiguo Testamento anticipa y prefigura la persona de Cristo en múltiples dimensiones, ilustrado a través del Nuevo Testamento. La comprensión de las Escrituras como un drama individual (creación, encarnación, recreación) se encuentra en el corazón del redescubrimiento de nuestras raíces, anclado en la teología bíblica. Otro recurso útil para obtener una comprensión de la estructura básica (argumento) del drama de Dios narrado en la Biblia, se llama Érase una vez. Se trata de un resumen de todo el drama bíblico en forma de historia, que resalta los principales hitos de la historia de Dios, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Desde antes hasta después del tiempo es otra manera de ver el drama

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