Raíces Sagradas
son tres Señores, sino un solo Señor. Porque así como la verdad cristiana nos obliga a reconocer que cada una de las Personas de por sí es Dios y Señor, así la religión católica (universal) nos prohibe decir que hay tres Dioses o tres Señores. El Padre por nadie es hecho, ni creado, ni engendrado. El Hijo es sólo del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente. Hay, pues, un Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos. Y en ésta Trinidad nadie es primero ni postrero, ni nadie mayor ni menor; sino que todas las tres Personas son coeternas juntamente y co-iguales. Esta declaración extendida es a menudo atribuida a Atanasio en el siglo cuarto o quinto, y ofrece una declaración más completa sobre la naturaleza de la Trinidad, siendo mucho más profunda y específica que el Credo Apostólico o el Credo Niceno. Esta declaración particular muestra cuán importantes se convirtieron los credos en la formación de los pastores y obispos en la Iglesia. La habilidad de defender las verdades de esta declaración, se convertiría en una prueba de la ortodoxia y de la competencia del clero en el Occidente a partir del siglo VII. El uso de este credo fue variado en la Iglesia: mientras los reformadores consideraron la declaración tan útil como un resumen de la fe, ésta recibió solamente un uso nominal entre los anglicanos y casi ningún reconocimiento por parte de Oriente. Y esto resultó ser de mucho menor importancia para los candidatos que se preparaban para el bautismo o la inclusión en los servicios de adoración. Después de esta breve descripción de los tres credos prominentes de la Iglesia, ahora podemos afirmar ciertas cosas acerca de su uso en la Iglesia. Ningún compromiso con ningún credo puede quitar nuestra responsabilidad de buscar cada día las Escrituras con el fin de fomentar y desarrollar nuestra fe. Los credos son resúmenes, comentarios sobre la fe, y no deben ser equiparados con las Escrituras. Sin embargo, los credos pueden ser útiles para proporcionar una comprensión real del significado de la fe. Y una comprensión y afirmación del Credo Niceno puede servir como una abreviación de la historia de Dios, y su recitación como salvaguarda de la ortodoxia histórica. Podemos usar el Credo Raíces Sagradas y el Credo Niceno: Resumen de la historia de Dios
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