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Prefacio

En World Impact, creemos que la iglesia local es el elemento fundamental para la vida personal y la transformación de la comunidad. Nuestros programas de capacitación ministerial están diseñados para ser asequibles, accesibles, y para afirmar el llamado ministerial utilizando el modelo de “capacitar al capacitador.” En otras palabras, creemos que a medida en que usted aplica los principios bíblicos a su propia vida, usted puede empoderar a alguien más. Empoderar a alguien es ayudarlo a hacer algo. ¿Quién no necesita ayuda en la vida? Esta es una función altamente infravalorada. No estoy hablando de un programa vibrante de grupos pequeños, sino de relaciones auténticas construidas durante largos períodos de tiempo. Este libro es una herramienta para ayudarle a estar más capacitado para que capacite a otros. Cristo dijo en Mateo 16.18 “edificaré mi iglesia” – no el ministerio de comida, el programa de mentoría o la empresa de desarrollo comunitario, “y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” Estoy a favor de las buenas obras como las mencionadas. Sin embargo, también creo que el ser la iglesia es un activo infravalorado en nuestro momento en la historia. ¿Qué hace que una iglesia sea especial? La gente. Una iglesia saludable es un lugar sagrado. La santidad yace en el corazón de la fe cristiana. 1 Pedro 1.16 dice: “Porque está escrito: Sed santos, porque yo soy santo.” Se nos indica que seamos como Dios, santos en todo lo que hacemos. La santidad significa 1) representar el carácter de Dios y 2) ser apartado para el servicio de Dios. Al hacerlo, adquirimos el privilegio de influir en situaciones para la gloria de Dios.

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