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Día 5

Tómese un momento y ore antes de leer el siguiente pasaje. Ore para que Dios abra su corazón y su mente a la verdad de Su Palabra. Si tiene tiempo, lea el pasaje más de una vez, subrayando las cosas que le llamen la atención. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.” Romanos 8.14-17 Padre Dios, venimos a ti en el nombre de Jesús, creyendo que cuando recibimos tu Espíritu ya no éramos esclavos temerosos. En cambio, somos adoptados como Tus hijos. Te agradezco que ahora puedo llamarte Padre y tu Espíritu afirma que soy tu hijo (hija). Como soy tu hijo, soy el heredero de tu gloria con Cristo. Sin embargo, tu Palabra nos dice que si compartimos la gloria de Cristo, también debemos compartir Su sufrimiento. Ayúdame a soportar y desarrollar una resolución profunda para seguir a Cristo sin importar mis circunstancias actuales. Ayúdame a seguir mientras tu Espíritu me guía. Siempre puedo estar seguro de que eres una guía perfecta que me protegerá donde sea que me lleves. Gracias por ser siempre un buen padre. Amén.

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