Teología de la Iglesia, Libro de Notas del Estudiante, SW03
T E O L O G Í A D E L A I G L E S I A
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De acuerdo con Pablo en Tito 2.14, Jesús se santificó y sacrificó en beneficio de Su pueblo, la Iglesia, con el propósito de “redimirnos de toda iniquidad y purificar debemos ser celosos de buenas obras las cuales, de acuerdo a Efesios 2.10, fuimos creados para hacerlas. Y Pedro aclara en 1 Pedro 2.9 que el motivo primario detrás de estas obras es demostrar la excelencia y el carácter de Dios. Somos Su posesión, para proclamar la excelencia de Su carácter en el mundo. “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”. para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”. Sí,
A. Para comenzar, como familia de Dios debemos vivir como hermanos y hermanas en unidad, como la amada familia de Dios.
1. La Escritura declara que somos hijos de Dios, miembros de su hogar y familia, Efesios 4.1-3.
2. También debemos hacer las obras que cooperan y colaboran con el testimonio del evangelio de Jesucristo, Fi. 1.27-29.
B. A continuación, como cuerpo de Cristo en el mundo, debemos encarnar la vida de Cristo en nuestras relaciones los unos con los otros y entre nuestros vecinos.
1. Es el derecho y responsabilidad de cada cristiano en cada iglesia local el representar y contribuir con la obra de Jesús en el mundo, Ro. 12.4-5.
2. Pablo afirma que hay un sólo cuerpo, una fe, y una esperanza de nuestro llamado. A la luz y como consecuencia de esta unidad, debemos arrepentirnos de cada tendencia egoísta que lleve a pensar que nuestra tradición o movimiento es el más importante de todas las demás delante de Dios. Es inmoral ignorar o subestimar las contribuciones de otros creyentes, siendo que más bien deberíamos acercarnos a ellos para alcanzar los propósitos de Dios en el mundo, Ef. 4.1-6.
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C. Finalmente, como templo del Espíritu Santo, debemos procurar las obras de santidad y obediencia así como en todo lugar sagrado donde el nombre de Dios es conocido y glorificado.
1. En todos nuestros actos como creyentes, debemos reflejar la pureza de Dios y nuestra obediencia, Heb. 12.14.
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