Teología de la Iglesia, Libro de Notas del Estudiante, SW03

T E O L O G Í A D E L A I G L E S I A

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2. Su sangre limpia nuestras conciencias de obras muertas, para adorar y servir a Dios en fe y en verdad, Heb. 9.13-14.

3. No nos acercamos a Dios en nuestra propia justicia y honor. Sólo a través del ministerio de Cristo como Sumo Sacerdote es que podemos acercarnos a nuestro santo Dios con plena certidumbre de fe, Heb. 10.21-22.

G. Libres en Jesús, se nos ha dado el Espíritu Santo, el cual nos provee el poder para ofrecer una adoración aceptable a Dios.

1. Primero, el Espíritu nos hace ministros de un nuevo pacto, un pacto de fe en Jesús y no en las obras de la ley, 2 Co. 3.4-6.

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2. Segundo, en la medida en que somos llenos del Espíritu, la intensa adoración y la alabanza suprema a Dios se expresa en la asamblea de creyentes, Ef. 5.18-20.

II. El poder del Espíritu Santo nos capacita para adorar y ofrece cómo la Iglesia practica su adoración a Dios.

A. A través de nuestro servicio y estilo de vida de alabanza y acción de gracias.

Basados en el modelo de Israel como el pueblo de Dios, la Iglesia es exhortada a celebrar en su adoración y alabanza a Dios. Las Escrituras están llenas de instrucciones y exhortaciones específicas sobre cómo deberíamos demostrar nuestro amor y gratitud al Dios Todopoderoso a través de nuestra adoración.

1. Por sobre toda forma de adoración, debemos adorar a Dios en la libertad que Cristo nos ha provisto, Fil. 3.2-3. En Cristo hemos sido liberados de tratar de agradar a Dios con nuestra propia fuerza y poder, y ahora le adoramos con el corazón lleno de gratitud y gozo. ¿Cómo debemos adorar a Dios cuando estamos reunidos?

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