Asuntos al frente

A SUNTOS AL FRENTE : L ECTURAS PREVIAS PARA LA E SCUELA DE PLANTACIÓN DE IGLESIAS URBANAS E VANGEL • 61

evangelización, discipulado y plantación de iglesias, debemos creer que el Espíritu Santo trabajará en y a través de la cultura receptora de maneras diferentes e incluso más allá de la nuestra. 9. Evite la dependencia. En un sentido real, las iglesias urbanas incipientes, una vez que comienzan, son como niños. Necesitan el tipo de atención constante, creativa e interesada que necesita cualquier bebé, y, de la misma manera, necesitan esta información durante todo el día. Es natural para nosotros querer satisfacer las necesidades de la floreciente iglesia y ayudarla a evitar todos los errores, problemas y desafíos que necesariamente enfrentarán. A veces, en un esfuerzo por apoyar a la iglesia en crecimiento, los planta- dores de iglesias cometen el error de ser paternalistas y condescendientes con ellos, es decir, el error de interferir con la necesidad de la nueva iglesia de confiar y depender de Dios por sus recursos y dirección. La intención de Dios para la iglesia no es que hagamos el trabajo por ellos, sino que equipemos a los miembros para que hagan el trabajo del ministerio a fin de que la iglesia crezca y madure a la medida de la misma estatura de Jesús, creciendo tanto en números (como Dios lo dirige) y en madurez (a través del Espíritu Santo) (Ef. 4:15-16). Somos llamados como padres espirituales para que los guardemos cuando son niños, y sin embargo, no interferir o causar una dependencia indebida e innecesaria sobre nosotros y nuestros recursos para su bienestar y liderazgo. Esto exige discernimiento; demasiado suministro y podemos tomar el lugar del Espíritu Santo. Por otro lado, al llevar este principio al extremo, podemos llegar a ser tacaños y mezquinos con la pequeña comunidad, al tiempo que decimos que es por ellos que les proporcionamos tan poco apoyo o ayuda. Debemos entender que un proceso de plantación de iglesia para una comunidad es una serie de etapas que ayudan a la nueva comunidad a pasar de su dependencia natural anterior a nosotros, hacia la independencia como iglesia fuerte, a la interdependencia como un socio con nosotros en la misión del reino. Ayudar a una nueva comunidad a matricularse a través de este proceso triple es el corazón de la empresa del plantador de iglesias urbanas. 10. Piense reproductivamente. Como se mencionó anteriormente, la Gran Comisión es un mandato global, que implica el desafío de hacer discípulos entre todos los pueblos no alcanzados del mundo (Mat. 28:18-20). Si bien simplemente agregar una nueva comunidad cristiana aquí y allá a través de nuestros centros urbanos es una tarea maravillosa, estamos llamados a la multiplicación, a ver la buena nueva difundida por toda la tierra, comenzando desde nuestras propias “Jerusalén” y continuando hacia nuestras “Samarias” vecinas y hasta “los confines de la tierra” (Hch. 1:8). Nuestra intención debe ser ver que las iglesias que plantamos se conviertan en iglesias

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