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Capítulo 1: La más grande historia en la Palabra• 21

nunca se debe contar con que se repita. No niega la existencia de la discatástrofe, de tristeza y fracaso: la posibilidad de esto es necesaria para la alegría de la liberación; niega (ante muchas pruebas, por así decirlo) la derrota final universal y, hasta ahora, es evangelium , dando un vistazo fugaz de alegría, alegría más allá de los muros del mundo, conmovedora como la pena. 2 Si bien todas las grandes historias de héroes y hadas reflejan la gran historia de la Biblia al revertir la forma en que aparecen y resultan las cosas, difieren de las Escrituras en un poderoso respeto. La historia bíblica de la redención y la restauración también es absolutamente cierta; tan sorprendente, tan notable, tan impresionante como es, es a la vez una gran catástrofe y fiel a su núcleo. Y ninguna otra narrativa del mundo puede afirmar ser eucatastrófica y verdadera, aparte de la historia de Dios en Cristo. No es difícil imaginar la peculiar emoción y alegría que uno sentiría, si se descubriera que un cuento de hadas especialmente bello es “principalmente” verdadero, su narración es historia, sin perder así el significado mítico o alegórico que había poseído. No es difícil, ya que uno no está obligado a tratar de concebir nada de una calidad desconocida. La alegría tendría exactamente la misma calidad . . . como la alegría que da el “giro” en un cuento de hadas: dicha alegría tiene el sabor de la verdad primaria. . . . Mira hacia adelante (o hacia atrás: la dirección a este respecto no es importante) hacia la Gran Eucatástrofe. La alegría cristiana, la gloria, es del mismo tipo; pero es preeminentemente . . . alto y alegre. Porque esta historia es suprema; y es verdad. El arte ha sido verificado. Dios es el Señor, de los ángeles y de los hombres, y de los elfos. La leyenda y la historia se han encontrado y fusionado. 3