Consiga Pretender

42 • ¡Consiga pretender!

afirmación de Jesús de que con su aparición en el mundo el Reino (al menos en parte) había aparecido y se había acercado (Marcos 1:14-15 – Ahora, después de que Juan fue arrestado, Jesús entró en Galilea, proclamando el evangelio de Dios, [15] y diciendo: “El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios está cerca; arrepiéntete y cree en el evangelio”.) La promesa del Antiguo Testamento era clara: Dios Todopoderoso había prometido a la primera pareja humana que enviaría a un ungido, el Mesías, para que viniera y ofreciera su vida como sacrificio por el pecado, revelara la gloria del Padre a las naciones y restaurara el mundo y creación bajo el reinado de Dios. Los efectos de la maldición y la muerte serían superados, y el fracaso de la transgresión de Adán y la desobediencia de Israel serían “recapitulados”: el Mesías triunfaría donde habían fallado en representar los intereses y el reinado de Dios. Y, al final, el “hombre fuerte” (es decir, Satanás) que ilegítimamente mantuvo cautiva a la humanidad sería juzgado, destruido y vencido a través de la justicia y el poder del Mesías. Los que creemos sabemos que este Mesías no es otro más que Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios, quien dio su vida por el mundo (Juan 1:14-18; 3:16-18; 3:36; 10:16-18; 11:23-34, etc.). Con la venida de Jesús al mundo a través de la virgen María y la concepción del Espíritu Santo (teológicamente llamada la encarnación), la vida de la Era por venir se manifestó de una manera más nueva y completa que en cualquier otro momento del pasado. Por supuesto, la reversión del Reino de Dios tuvo momentos destacados de manifestación: el Éxodo de Egipto, la entrada en la Tierra Prometida, la destrucción y el cautiverio de Israel y Judá, y el regreso del remanente a la Tierra. Estos actos notables de Dios demostraron la capacidad de Dios para revertir las condiciones de aquellos perdidos, quebrantados y oprimidos, y para rescatarlos, estableciendo un pueblo bajo su reinado. La encarnación, sin embargo, es un acto único y final de inversión,