Consiga Pretender

82 • ¡Consiga pretender!

en general. Fue adoptada en una familia de pollos, reconocida por sus hermanastros y hermanastras pollos, y pensó, creyó y actuó como uno de ellos. Estaba bien adaptada, creciendo para ser un buen representante de lo que un pollo debería ser y hacer. Aprendió todos los hábitos, la suposición y la cultura del pollo, y disfrutó haciendo las cosas que a los pollos les gusta hacer: se convirtió en un buen cloqueador, podía reírse con los mejores, y aunque su pico era grande (así como sus pies) le gustaba rascarse en la tierra en busca de sémola y gusanos, sacudir la cabeza para recoger semillas, batir las alas con furia, levantarse unos pocos pies y luego aterrizar al suelo con polvo y plumas volando. Estaba impresionada con todo lo relacionado con el pollo, amaba todos los juegos de pollo, descansaba en los lugares de reunión de los pollos, temía a los enemigos de los pollos y establecía objetivos de pollo. Él creía en su corazón que era un pollo, al igual que todos sus compañeros de pollos, quienes afirmaban su gallinero y total “pollinicidad”. Más tarde en la vida, el águila-que-creía-que-era-un-pollo miró hacia arriba y se sorprendió de que ese enorme pájaro se elevara rápidamente y sin esfuerzo en las corrientes de viento con apenas un latido de sus anchas alas. Mirando a sus compañeros pollos, el águila mayor preguntó: “¿Qué es esa cosa allá arriba?” “Eso es lo que llaman un águila”, respondió un pollo cercano. “Eso es lo que llamamos el “Rey de las aves”. No es como nosotros; nació para volar, subir muy alto y cazar. Nosotros somos pájaros de la tierra, construidos para picotear, cloquear y cacarear. Esa fue hecha para el aire, no como nosotros, pájaros del gallinero. El viejo águila que supuso que era un pollo escuchó la explicación, la aceptó, como lo había hecho toda su vida, y aún así, se sintió un poco gracioso al respecto. Parecía que él también debería estar allí arriba. Todos sus pollos amigos y familiares volvieron a cloquear,