Consiga Pretender
86 • ¡Consiga pretender!
ser consistentes con lo que solían ser; Somos nuevas creaciones (2 Cor. 5:17), la obra de Dios (Ef. 2:10), sin obligación de actuar de manera coherente con nuestra forma anterior de vivir, hablar y pensar. Estamos acusados de dejar a un lado esas cosas que ataron nuestras vidas, obstruyeron nuestras mentes y envenenaron nuestros corazones. En Cristo, a través de su sangre y su gracia, hemos sido liberados. Ya no necesitamos ser lo que éramos. Con el Espíritu de Dios que mora en nosotros, si caminamos en el Espíritu no cumpliremos los deseos de la carne. Dos formas distintas de vivir y responder ahora están disponibles para un creyente, y él/ella debe determinar qué camino tomará. Ahora podemos elegir no estar de acuerdo con las mentiras sobre nosotros, sobre quiénes somos y en qué debemos convertirnos necesariamente. No deje que nadie le engañe aquí: las Escrituras nos exhortan a dejar a un lado los pecados que nos limitan, restringen y malcrían, no tiene que ceder ante ellos. Puede resistirlos y puede ganar: Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, [2] puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. [3] Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. ~ Hebreos 12:1-3 El escritor de Hebreos compara nuestra vida cristiana con una carrera en una arena, con los santos de los siglos (los que ya han terminado su carrera) animándonos hasta el final. Podemos dejar de lado los pesos, pecados y mentiras que nos detienen,
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