Consiga Pretender

92 • ¡Consiga pretender!

El aplazamiento y su conexión con la vida y el ministerio Esta postergación es una habilidad esencial para aprender a pretender, es decir, para afirmar la verdad sobre nosotros mismos y nuestras vidas tal como nos la dan a través de Cristo Jesús. En mi opinión, el desarrollo efectivo del discipulado y el liderazgo es esencialmente un tema de verdad bíblica y formación de identidad . Por supuesto, la formación de identidad fluye de la verdad aprendida en Cristo (es decir, no hay verdad en Cristo, no hay una nueva identidad vivida). Jesús dejó esto claro al dirigirse a algunas personas que recientemente creyeron en él. “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. (Juan 8:31-32). Esta permanencia en la Palabra de Dios exige que se comprometa a confrontar con firmeza y valentía cada falsedad de la que se da cuenta acerca de quién era, quién es y qué puede ser. Una de las cosas más difíciles que debe aprender al aplazarse es sentirse incómodo al rechazar las ideas que ha abrazado y se dijo durante años, incluso durante toda su vida. No debe permitirse lidiar con estas perspectivas y prácticas de una manera extraña y comprensiva. Todo seguidor de Cristo debe aprender la importancia de postergar su identidad pagana, precristiana, gobernada por mentiras y engaños. Esto significa que debemos ser cada vez más conscientes de los pensamientos automáticos que entran en nuestras mentes, con sus mensajes específicos y terminologías absolutas de “debe”, “siempre”, “nunca”, y “debería”. Estas oraciones que nos decimos deben ser probadas de acuerdo con la verdad y reformuladas, ya que tendemos a “horrorizar” las cosas que enfrentamos. Estos pensamientos (las viejas identidades y perspectivas) deben ser reconocidas, rechazadas y reemplazadas por la verdad. “Examinadlo todo; retened lo bueno”(1 Tes. 5:21). J. A. Motyer tiene razón cuando dice que “saber” no es un simple ejercicio de la cabeza.