Conversion y Llamado, Guia del Mentor, MG01

C O N V E R S I Ó N Y L L A M A D O

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todos los aspectos de la vida eclesiástica - en el coro, el ministerio de alabanza, en la Escuela Dominical, como ujieres, y en la consejería, para mencionar algunas cosas. Entonces, esa iglesia empleó a un nuevo pastor, quien empezó a enseñar que estar ocupado en la iglesia no era suficiente para tener una buena relación con Dios. Uno tenía que estar convertido, debía nacer de nuevo. Esta familia halló difícil aceptar este nuevo énfasis, pues ellos creían que la verdadera religión se practicaba sirviendo y haciendo buenas obras. El lenguaje del nuevo nacimiento era confuso para ellos. El padre de la familia lo expresó así: “¡Ese asunto del nuevo nacimiento me resulta algo demasiado religioso!” ¿Qué le aconsejaría usted a Oseas para que pueda aclararle a su vecino la relación que existe entre la fe para salvación y las obras en la iglesia? El domingo pasado, usted aceptó acompañar a su prima Glenda a la iglesia donde ella se congrega. Pero usted se quedó atónito por el énfasis que la iglesia de Glenda le daba a las finanzas, en cuanto a recibir y dar dinero. El pastor ha estado enseñando por más de tres meses, una serie de mensajes acerca de dar para poder recibir de Dios. Usted es un diezmador fiel, y se sintió animado después de escuchar que Dios bendice al dador alegre, pero hubo algo que dijo el pastor, que lo hizo pensar si esa enseñanza era verdaderamente bíblica. El pastor dijo que si algún miembro no tenía la disposición de apoyar financieramente a su iglesia y al pastor, entonces ese miembro posiblemente no era salvo, y necesitaba examinarse a sí mismo, para determinar si en verdad estaba en la fe. Con voz fuerte, profundo carisma y un tono muy espiritual, el pastor proclamó: «Si tu billetera no es de Dios, tampoco tu alma es de Dios. Decir que eres cristiano no es suficiente; tienes que probar claramente lo que crees en la forma que actúas y en lo que das. Si conoces a algún tacaño que profese ser cristiano y no diezma, probablemente no es salvo. ¿Qué hace Dios? Dios da. ¿Qué dio? Dios dio todo, dio lo mejor, dio a su único Hijo. Si verdaderamente conoces a Dios, tú has recibido Su naturaleza. ¡Dios es generoso y debes hacer lo mismo, especialmente con tu dinero!» ¿Cómo le ayudaría usted a su prima a evaluar esa enseñanza? Si su billetera no es de Dios, tampoco su alma es de Dios.

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¡Una vez salvo, se es siempre salvo!

El hermano Jaime cree que a veces la enseñanza de la “seguridad eterna” (la doctrina de que una vez que uno es salvo por la fe en Jesucristo, la salvación no se puede perder) ha sido usada como excusa para disfrazar la práctica del pecado. Como maestro de Escuela Bíblica, él está profundamente preocupado, pues cree que es necesario ponerle “pies a nuestra fe”, y no meramente hablar de ella; vivirla realmente, con hechos prácticos y un estilo de vida activo y transparente. Convencido de los textos de Santiago 2.14-26 y