Conversion y Llamado, Guia del Mentor, MG01

C O N V E R S I Ó N Y L L A M A D O

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Efesios 2.10, él afirma que podemos comprobar legítimamente que somos convertidos, a través de nuestras buenas obras y servicio al Señor. Él ha notado que algunos de los que se suscriben a la posición de “una vez salvo, se es siempre salvo”, no siempre muestran fervor por la obra de Dios, ni el compromiso que debería exteriorizar el cristiano. Sin embargo, él cree que la enseñanza de la seguridad de la salvación es correcta. Lo que él sostiene es que quien realmente se arrepiente y cree en Jesús es nacido de nuevo y recibe vida eterna. Aun así, ¿por qué muchos de los que han creído evidencian pocas o ningunas señales de ello? Él está un poco confundido y desanimado. ¿Cómo ayudaría usted al hermano Jaime a entender la relación entre profesar la fe para salvación y demostrar la fe en la vida cotidiana de todo creyente?

La Palabra que Convierte

Segmento 1: Sinónimo de las Buenas Nuevas: Metanoia y pistis

Rev. Dr. Don L. Davis

Resumen introductorio al segmento 1

Este segmento explora la relación entre la Palabra de Dios y su poder para convertir y transformar. En este estudio, vamos a analizar cómo el evangelio de Jesucristo es la Palabra que convierte. Este evangelio transformador de Jesucristo nos guía efectivamente al metanoia , es decir, al genuino arrepentimiento del pecado, y a la reconciliación con Dios por medio de Jesucristo. Además, veremos cómo el evangelio que produce el arrepentimiento en el creyente, también nos dirige hacia la fe ( pistis ), una fe viva por medio de la cual Dios salva, libera y rescata al creyente del castigo, el poder y la presencia del pecado. El objetivo para este primer segmento de La Palabra que Convierte, es facultarle para comprender que: • La Palabra de Dios, la Palabra que convierte, se relaciona directamente con las buenas noticias de salvación por la fe en Jesucristo. El evangelio de Jesucristo es la Palabra que convierte, puesto que aclara plenamente las condiciones de salvación en Él. • La Palabra que convierte produce arrepentimiento ( metanoia ), volverse del pecado y la idolatría a la fe en Jesucristo. Este arrepentimiento incluye (entre otras cosas) un cambio de pensamiento, profundo dolor por el pecado, y la confesión y abandono del pecado delante de Dios. • La Palabra que convierte, que también produce arrepentimiento, va acompañada de la fe salvadora en Jesucristo como Señor, una dependencia consciente en Jesucristo para salvar y redimir nuestra alma del castigo, el poder, y la presencia del pecado.

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