Currículo Pilar Fundamental, Edición Oficial de Certificación - Guía del mentor (Spanish Cornerstone Mentor's Guide)

NOTAS DEL MENTOR / 195

Las secciones de Contacto fueron diseñadas para ayudar a sus estudiantes a prepararse para un estudio profundo sobre la visión y teología de Dios con respecto a demostrar justicia y misericordia en nuestras vidas y a través de nuestras iglesias. Por ende, profundizaremos en estas ideas. Ayude a sus estudiantes a reflexionar deliberadamente en ideas que de otra forma no meditarían en ellas muy a menudo. Use las preguntas para llamar la atención de sus estudiantes en lo que respecta a amar a otros, ser amado y amar a Dios, además de cómo estos amores se relacionan entre sí y qué consecuencias tienen estas relaciones con la justicia y la misericordia hacia los demás. El concepto de la imago Dei Explore los significados de la imago Dei con sus estudiantes, lea un agradable y conciso resumen acerca de la enseñanza de la Escritura con respecto a esta temática. Analizaremos para esto un estudio del profesor Ryken: El salmo 8 es una declaración clásica que compara a Dios con la humanidad. En el versículo 4 el salmista le pregunta a Dios, “¿Qué es el hombre?” (RV60) esa pregunta proviene de su conocimiento en lo que respecta a tres realidades: la creación inanimada, lo humano y lo divino. La razón por la cual el salmista formula esta pregunta es que los humanos son portadores de la imagen de Dios (Gn. 1:26–27) y son conscientes de sí mismos. A través de la imago Dei (“imagen de Dios”), pueden discernirse algunas comparaciones. El fundamento de la imago Dei es la personalidad. Tanto Dios como los humanos pueden comunicarse inteligentemente (Sal. 8; Is. 6:8–13). Ambos pueden recibir información (Gn. 1:28–30; Heb. 1:1–2), concebir pensamientos (Gn. 2:19; 2:23) y procesar información (Is. 1:18–20). La diferencia está en que el conocimiento de Dios no tiene límites en contenido y exactitud (Ro. 11:33–34; Mt. 11:21–24), mientras que el conocimiento humano es incompleto (1 Co. 2:9; 13:12) en el mejor caso y torcido en el peor (Ef. 4:17–18). La dimensión afectiva de Dios (Gn. 6:6; Mt: 25:21; 2 Co. 7:6) es equilibrada y no depende de nadie (Os. 11:8–9; Hch. 17:25; Jn. 17:24–26). Dios es el amante que nunca deja de amar

& 4 página 445 Contacto

& 5 página 446 Resumen

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