Dios el Hijo, Libro de Notas del Estudiante, SW10

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D I O S E L H I J O

conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño, porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. [12] La noche está avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y vistámonos las armas de la luz. [13] Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y libertinaje, no en contiendas y envidia. [14] Al contrario, vestíos del Señor Jesucristo, y no satisfagáis los deseos de la carne. Sería muy difícil sobrestimar el poder que tuvo el testimonio apostólico en el mundo romano inmediatamente después de la resurrección y ascensión de nuestro Señor. El mensaje sobre la muerte de Jesús, su resurrección, ascensión y regreso se convirtió en más que un pensamiento o raro deseo de una pequeña secta judía que seguía a un rabí fracasado. Al contrario, el mensaje del nazareno se convirtió en un fuego que incendió cada villa y ciudad en donde los seguidores de Yeshua (Jesús) se juntaban y hablaban. El Espíritu Santo transformó a un pequeño grupo de discípulos confusos y temerosos en mensajeros de un nuevo orden que cambiaría el mundo, el cual sería descubierto y revelado según el método y tiempo de Dios. ¿Cuál era la imagen que encendía a los discípulos y los alistaba para ejercer tales sacrificios, los cuales encenderían a toda una generación que daría testimonio del Mesías y de la esperanza de la vida eterna en su persona? Incluso el libro de Hechos y las Epístolas revelan que el mundo veía a los apóstoles como mensajeros de su Señor, los cuales correrían el velo de una era corrupta y de muerte. Ellos vivieron como si creyeran que este nazareno fuera en realidad el Hijo de Dios, quien había venido para terminar con el pecado, destruir las obras del diablo, y que además estaba vivo y derramaba bendiciones y dones a aquellos que lo representaban. Para ellos, Él era realmente el Señor. En cualquier momento, Cristo puede retornar (por voluntad y mandato del Padre), y consumar la obra que una vez comenzó. Ellos fueron, en un lenguaje teológico, una comunidad escatológica . Esto significa que su entera identidad y sistema de valores estaban formados por la convicción de que comenzaría un nuevo mundo, y que el tiempo de su revelación era inminente (cercano). Cualquier día puede ser el día. “Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño, porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos”. Los discípulos se enfocaban en Jesús como el Mesías, el cual murió y resucitó para confirmar la obra de Dios para su creación, ascendiendo a los cielos y retornando pronto para establecer el reino de Dios en la tierra y gobernar como Rey absoluto. Este enfoque inundó sus mentes y sus corazones, soportaron las pruebas que provenían como consecuencia de estas

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