El Antiguo Testamento Testifica de Cristo y Su Reino, Guia del Mentor, MG09

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E L A N T I G U O T E S T A M E N T O T E S T I F I C A D E C R I S T O Y S U R E I N O

Otros ejemplos en las Escrituras revelan las relaciones positivas entre los judíos y los gentiles. Por ejemplo, los Ceneos (sobre todo los hijos de Recab) fueron tratados como familia (Jue. 1.16; Jue. 5.24; Jer. 35). Urías heteo es visto como el protagonista en la tragedia David-Betsabé, el cual era uno de los guerreros en los cuales David confiaba (2 Sm. 11), Arauna el jebusita era un residente respetado de Jerusalén, e Itai geteo era el capitán de la guardia de David (2 Sm. 18.2). Los gentiles podían huir a las ciudades de refugio al igual que los judíos (Nm. 35.15), y hasta podían en algunas circunstancias ser dueños de esclavos judíos (Lv. 25.47). Debían pagarles salarios justos (Dt. 24.15), podían heredar la tierra en Israel (Ez. 47.22-23), y Josefo sugiere que les permitían ofrecer sacrificios en el templo en Jerusalén (comp. así como es claramente afirmado por Josefo [comp. con Levítico 22.25 ej., Ant, XI, viii, 5; Ant., XIII, viii, 2; Ant., XVI, ii, 1; etc.]). Lo que ahora apreciamos en la visión mesiánica del AT es que el elegido de Dios para redimir a su pueblo también será “la luz a las naciones”, el que traerá a todas las familias de la tierra a Dios a través de su sacrificio de sangre. La esperanza mesiánica es vista, por lo tanto, no simplemente como algo tribal o provincial, únicamente para la nación de Israel, sino que a través del Mesías todas las naciones serán benditas (Gn. 12.1-3). La incapacidad de ver el aspecto universal del evangelio está en el centro de las doctrinas falsas sobre la naturaleza del ministerio de Jesús, aun años después de su resurrección y ascensión (comp. con Cornelio en Hechos 10-11 y el Concilio de Jerusalén contra la inclusión gentil en Hechos 15). Leland Ryken con esmero resume el lugar favorecido de los gentiles a causa de la misericordia de Dios en el evangelio de Jesucristo: No es por fortuna que el evangelio es extendido en todo el mundo, siendo Dios ahora, en Cristo, también el Dios de los gentiles (Ro. 3.29), a quien Él llama “mi pueblo” (Ro. 9.24–25). La antigua oveja negra de la familia humana es ahora la envidia de Israel, el hijo elegido (Ro. 11.11). Los gentiles han llegado a ser siervos obedientes (Ro. 15.18) y comparten las bendiciones espirituales con los judíos (Ro. 15.27). Los gentiles ahora se unen a la congregación de alabanza como miembros

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