El Antiguo Testamento Testifica de Cristo y Su Reino, Libro de Notas Del Estudiante, SW09

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E L A N T I G U O T E S T A M E N T O T E S T I F I C A D E C R I S T O Y S U R E I N O

todos los pueblos, incluso el derramamiento del Espíritu sobre toda carne y la inclusión total de los gentiles como herederos de la promesa de Abraham. • Listar algunas maneras claves en las que las profecías mesiánicas del AT fueron usadas por los apóstoles en el libro de Hechos y las Epístolas, incluyendo el derramamiento del Espíritu sobre toda carne, el rechazo al Mesías por parte de los edificadores (generación judía), Jesús como la luz para los gentiles, la reconstrucción del tabernáculo de David, la salvación de los gentiles y la ceguera mesiánica del pueblo de Dios (los judíos) debido a su dureza de corazón. Los apóstoles además mencionan la proclamación universal del evangelio, el celo de los judíos y la bendición de Abraham a los gentiles. • Resumir la profecía mesiánica del AT en cuanto a los gentiles, en el momento en el que Dios no sólo cumplió su promesa de salvación a Abraham, sino que incluyó a los gentiles en ella. Oseas 1.1-10 - Palabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beeri, en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel. [2] El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas: “Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová”. [3] Fue, pues, y tomó a Gomer hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo. [4] Y le dijo Jehová: “Ponle por nombre Jezreel; porque de aquí a poco yo castigaré a la casa de Jehú por causa de la sangre de Jezreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel. [5] Y en aquel día quebraré yo el arco de Israel en el valle de Jezreel”. [6] Concibió ella otra vez, y dio a luz una hija. Y le dijo Dios: “Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo. [7] Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por Jehová su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes”. [8] Después de haber destetado a Lo-ruhama, concibió y dio a luz un hijo. [9] Y dijo Dios, “Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios”. [10] Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. y en el lugar en donde les fue dicho: “Vosotros no sois pueblo mío”, les será dicho: “Sois hijos del Dios viviente” Tal vez no hay nada que duela tanto a nivel psicológico como la sensación de no pertenecer a algún lugar, de no encajar, de ser despreciado y tratado como un forastero. Esta condición es muy conmovedora y dolorosa; ser un forastero y no pertenecer a algún ¡Ustedes no son mi pueblo - pero lo serán!

Devocional

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