El Manual de Entrenamiento Basico del Decano de Evangel
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S em inar io 8 Cómo encender una batería espiritual muerta: Redescubriendo nuestros llamados como los mayordomos de Dios Don L. Davis • Implica todo lo que somos y poseemos; no es una cuestión de dinero solamente. • Refleja el corazón de la naturaleza de Dios como creador, dueño, sustentador y consumador de todas las cosas. • Revela el nivel de visión espiritual que tenemos como viajeros y peregrinos en esta dimensión del reino “ya/todavía no”. Sal. 24:1-2 (LBLA) – Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella; el mundo y los que en él habitan. [2] Porque El la fundó sobre los mares, y la asentó sobre los ríos. 1 Cró. 29:11-12 (LBLA) – Tuya es, oh Señor, la grandeza y el poder y la gloria y la victoria y la majestad, en verdad, todo lo que hay en los cielos y en la tierra; tuyo es el dominio, oh Señor, y tú te exaltas como soberano sobre todo. [12] De ti proceden la riqueza y el honor; tú reinas sobre todo y en tu mano están el poder y la fortaleza, y en tu mano está engrandecer y fortalecer a todos. I. Dios es Creador, Sustentador y último Telos de todas las cosas; Él solo es el dueño y el propósito del universo.
Sal. 50:12 (LBLA) – Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y todo lo que en él hay.
A. Todas las cosas fueron creadas por Dios, todas las cosas son sostenidas por él, y todas las cosas existen para su máxima alabanza y gloria.
B. Desde una perspectiva bíblica, la propiedad es un concepto singular: todas las cosas le pertenecen a él.
C. Todas las cosas son responsables ante él.
Implicación: Debido a que Dios es nuestro dueño, no debemos pensar en el ministerio en términos de nuestro propio esfuerzo o energía. De la A a la Z, todo lo que tiene lugar en nuestras vidas es supervisado por Dios como la fuente y el fin de todas las cosas que nos afectan.
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