El Manual de Entrenamiento Basico del Decano de Evangel

86 • E l manual de entrenamiento básico del decano de E vangel

Cuando el Poseedor del cielo y la tierra le trajo a la existencia y le colocó en este mundo, Él le colocó aquí no como un dueño, sino como un mayordomo, como tal, Él le confió una temporada con bienes de diversos tipos, pero la propiedad exclusiva de estos todavía descansan en Él, y nunca pueden estar alejados de Él. Así como usted no es de usted sino el de Él, tal es también todo lo que disfruta. ~ John Wesley Daniel el travieso estaba saliendo de la iglesia con su papá y su madre. Mientras se acercaban al pastor, Daniel preguntó, para gran vergüenza de su padre: “¿Qué vas a hacer con el barrio de mi padre?”

“Sea cual sea lo que acumule en la vida, Dios espera que construya algo sobre él”.

II. Como Padre amoroso y Soberano sabio, Dios ha confiado sus ricos recursos al cuidado de Sus siervos y Su pueblo.

Stg. 1:17 (LBLA) – Toda buena dádiva y todo don perfecto viene[a] de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación. Ex. 19:5 (LBLA) – “Ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra. 1 Cró. 29:14-16 (LBLA) – Pero ¿quién soy yo y quién es mi pueblo para que podamos ofrecer[a] tan generosamente todo[b] esto? Porque de ti proceden todas las cosas, y de lo recibido de tu mano te damos. [15] Porque somos forasteros y peregrinos delante de ti, como lo fueron todos nuestros padres; como una sombra son nuestros días sobre la tierra, y no hay esperanza. [16] Oh Señor, Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificarte una casa para tu santo nombre procede de tu mano, y todo es tuyo. A. Encargo y representación son los dos conceptos principales de servir a Dios: como servidores del Señor Altísimo, cada uno de nosotros ha recibido una parte de su riqueza, un conjunto específico de relaciones y oportunidades determinadas por el Señor. B. Cada uno de nosotros tiene oportunidades y posibilidades únicas para emplear las relaciones y recursos que él nos ha confiado como discípulos del reino por venir.