El Ministerio Facultativo, Guia del Mentor, MG15

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E L M I N I S T E R I O F A C U L T A T I V O

3. No piense dos veces en alabar a Dios por su Palabra, Ro. 11.33-36.

D. Mantenga la sencillez en la enseñanza

1. Desafíelos a tener un diálogo fluido: con Dios, con otros y con ellos mismos.

Un revuelo santo: animando una revolución de laicos Los ministros no profesionales en la iglesia deben insistir que la enseñanza y el entrenamiento en la misma deben estar hogar y la sociedad, en vez de la iglesia. “El primer deber de un hombre laico en su iglesia local, dicen Gibbs y Martin, “es ser un revoltoso… en formular preguntas: ¿Por qué hacemos eso o esto en la iglesia?” Esos autores desarrollan esa idea de un revuelo santo. La generalmente aceptada idea que la vida y las actividades de una congregación giran en torno al ministro y que es él el que determina lo que los miembros hacen o dirigidos hacia el supermercado, el

2. Desafíe a los alumnos a memorizar las Escrituras conectadas con la enseñanza.

3. Utilice la interacción y el diálogo; aplique la enseñanza como una conversación que explora las dimensiones, bosquejos y belleza de la verdad y voluntad de Dios.

IV. Sugerencias prácticas para el diseño de su lección

A. Arme su lección en torno a un objetivo simple, y conecte todo lo que se diga y haga con el mismo.

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B. Haga un bosquejo de sus ideas, decida qué quiere decir y en qué orden quiere decirlo.

C. Sea abierto para comunicar de maneras renovadoras; utilice imágenes, historias, símbolos y drama para realzar su enseñanza.

D. Recuerde que el propósito del ministerio de enseñanza es hacer que los discípulos obedezcan todo lo que Jesús les ha mandado, Mt. 28.20.

piensan, ha sido revertida… esa

revolución puede ser llevada adelante sólo

por los laicos. ~ Ibíd. p. 16.

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