El Ministerio Facultativo, Guia del Mentor, MG15

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E L M I N I S T E R I O F A C U L T A T I V O

Runia: ayude a los alumnos a interpretar la Escritura para su congregación , con el propósito que la Palabra de Dios sea aplicada en la vida de los oyentes con poder. Observe nuevamente los objetivos de aprendizaje enlistados en la lección. Como mentor tiene la responsabilidad de enfatizarlos durante la misma, especialmente en las discusiones e interacciones con sus alumnos. Cuanto más enfatice los objetivos, más oportunidades tendrán sus alumnos de entender y escudriñar la magnitud de los mismos. Este devocional se enfoca en la necesidad de estar preparados para enseñar la Palabra de Dios a otros, es decir, ser conscientes de todos los factores involucrados en lo que respecta a anunciar a Cristo a los perdidos. Pablo, en 2 Corintios 4 deja en claro que el diablo es un personaje destacado en el evento de predicación, ya que invierte tiempo en cegar y desanimar a los oyentes para que no consideren la verdad de Cristo ni su poder para salvar y transformar vidas. Pero además, el apóstol nos da esperanza anunciando que el poder del Señor Jesús es capaz de sobreponer toda estrategia de engaño y ceguera, sugiriendo que la gloria de Dios brilla con fulgor en el rostro de Jesucristo, la temática del evangelio. El evangelio puede ser comprendido de manera sencilla. P. J. H. Adam sintetiza esa simplicidad en un artículo de teología referente a la predicación: Podemos sintetizar la predicación con estas palabras: Dios ha hablado, como está escrito o, predica la Palabra (P. Adam, Speaking God’s Words, pp. 15–56). Dios ha hablado. La revelación de Dios es siempre expresada o explicada a través de las palabras. A través de éstas Dios ha hablado de su propia persona y de su creación, el significado de sus obras, además de sus actos de salvación. Por estas palabras conocemos Su identidad y la importancia de su Hijo, Cristo Jesús, su plan de salvación y el evangelio que es predicado. Es a causa de estas palabras que conocemos cómo responder a la gracia de Dios en obediencia y fe y esperar el regreso de Cristo y la consumación del Reino de Dios. Dios se ha dado a sí mismo por nosotros, rebajándose a hablar un lenguaje humano, pero con palabras verdaderas, a fin de que respondiéramos en fe al escuchar su voz. Cuando Dios se hace presente en nuestras vidas es para hablarnos; al igual que habló una vez en la tierra, ahora nos alerta desde el cielo (Heb. 12.25).

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