El Ministerio Facultativo, Libro De Notas Del Estudiante, SW15
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E L M I N I S T E R I O F A C U L T A T I V O
El ministerio de enseñanza en la Iglesia posee algunas características, especialmente el enfoque de edificar a los discípulos de Cristo hasta la madurez espiritual, es decir, el cumplimiento de la enseñanza acerca de la Gran Comisión (ej. “ . . . enseñándoles que obedezcan todo lo que os he enseñado”, Mt. 28.19). Las otras dos características incluyen la necesidad de ver la enseñanza como el equipamiento de los santos para la obra del ministerio, y la protección de los discípulos del peligro de la herejía, la división, la falta de santidad y la inmadurez espiritual. La enseñanza de Jesús involucraba tanto a las multitudes como a los discípulos en forma distintiva, usando tanto el lenguaje figurado como el discurso directo. Los apóstoles siguieron la clara y convincente enseñanza del Reino de Dios, enseñando acerca de la persona de Cristo en la comunidad mesiánica, la Iglesia. En todo sentido, el ministerio de enseñanza jugó un papel crucial para acreditar y capacitar a los primeros líderes cristianos en sus congregaciones, en defender la fe apostólica y ofrecer una apología de la esperanza cristiana. Algunas dificultades desafían el ministerio de enseñanza en la actualidad, entre las cuales está el seguir las corrientes modernas en lugar de la fe cristiana histórica y la dependencia extrema en las herramientas técnicas, los elementos modernos y la ejecución académica antes de depender de la unción del Espíritu Santo. Necesitamos recuperar el ministerio de enseñanza (es decir, el ministerio de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio) en nuestras iglesias urbanas, para poder edificar el Reino de Dios en las comunidades más carenciadas y vulnerables. El llamado al ministerio de enseñanza tiene que ver con perfeccionar a los santos para la obra del ministerio (Ef. 4.12). Al igual que en la predicación, el ministerio del maestro comienza con un llamado divino, y por ende, no se trata meramente de una materia de estudio o de adquirir conocimientos profundos acerca de un tema, sino que es un don espiritual y necesita el respaldo de Dios. El maestro debe alimentar y conducir a otros hacia la verdad a través del diálogo y el estudio, pero sobre todas las cosas, debe confiar en la unción y capacitación del Espíritu Santo mientras enseña cómo aplicar la verdad hallada. El “principio del carácter” en el ministerio de enseñanza, dice que lo que un maestro es, tarde o temprano impactará lo que diga y haga. Un maestro debe ser
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