El Ministerio Facultativo, Libro De Notas Del Estudiante, SW15
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E L M I N I S T E R I O F A C U L T A T I V O
iglesia anterior, y como resultado había crecido en Cristo. Con el permiso del pastor, anunció por varias semanas su deseo de que cada miembro de su clase estuviera llevando a cabo una relación “uno a uno” con alguien. Todos los miembros de su clase estuvieron de acuerdo en este tipo de encuentros, hombres con hombres y mujeres con mujeres, por amor a la enseñanza y el crecimiento. Sin embargo, muchos alumnos encontraban en esto la posibilidad de manipular y dirigir, mientras que algunos creían que tal consejería no daría crecimiento. El maestro estaba convencido que este tipo de cuidado podía aumentar la madurez en los miembros y perfeccionarse aun más para el ministerio. ¿Cuál serían sus preguntas y sus consejos si fuera miembro de esta clase? ¿En qué medida debemos conectar el ministerio de enseñanza con las relaciones “uno a uno”? ¿Tales relaciones equipan mejor a los miembros en la iglesia local? El Espíritu Santo es la raíz y el motor del ministerio de enseñanza, quien escoge y selecciona, según su voluntad, a personas que cumplan con esta importante tarea. Él selecciona vasijas las cuales se preparan a sí mismas, a través de la disciplina y el quebrantamiento espiritual, para el ministerio de enseñanza. Para alcanzar esta preparación es importante que los maestros tengan las siguientes características: ser fieles, enseñables, tener hambre y sed del Señor y de su sabiduría, obedecer rigurosa y disciplinadamente la Palabra de Dios y mantenerse enfocado en la persona de Jesucristo y su Reino, además de apasionarse por el arte de enseñar. Al predicar, el Espíritu Santo supervisa e influye todo el proceso de enseñanza, incluyendo el ejercicio de sus dones, la internalización de la audiencia, la unción y la capacidad de ser ejemplo para aquellos a los que se enseña. Los resultados de la influencia del Espíritu Santo en la enseñanza se presentan con poder: capacita a los alumnos a obedecer todo lo que Jesús les ha mandado a hacer, a mantenerse estables en la aplicación de la verdad recibida, a madurar como discípulos de Jesús y a crecer de tal forma que sean capaces de enseñar a otros la manera de enseñar a las demás personas. Una enseñanza efectiva tiene tres pasos esenciales: planificar, entregar el contenido, y conectarse con la audiencia a través de la Palabra compartida (establecemos contacto con la situación de nuestra audiencia, comunicamos el contenido de la Palabra de Dios claramente y con valentía, y hacemos conexiones a través de una aplicación disciplinada de la Palabra a nuestras vidas). Establecemos contacto al prestar atención a la cultura y la situación de vida de los alumnos (su idioma, las formas en las que se comunican, entienden, procesan y comunican ideas y verdades). Comunicamos la Palabra de Dios
Reafirmación de la tesis de la lección
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