El Ministerio Facultativo, Libro De Notas Del Estudiante, SW15

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E L M I N I S T E R I O F A C U L T A T I V O

reunirse una vez a la semana para orar, presentar desafíos, sostenerse unos a otros y repasar la enseñanza de la semana anterior. Las primeras semanas parecía funcionar de acuerdo al plan establecido: los jóvenes se comunicaban con los demás, repasando los versículos a memorizar de la Escritura y madurando como grupo. Sin embargo, cuando se descubrió que algunos de ellos habían mentido acerca de lo que hacían y a dónde iban después de clase, el grupo GR al que pertenecían, activó un reporte de quejas, escándalos y chismes que sorprendieron y consternaron al maestro. Ahora, en vez de ser un grupo de sostén y rendición de cuentas, se transformó en un grupo para acusaciones injuriosas y destructivas. Como maestro compañero y líder de este grupo, ¿qué le aconsejaría a su amigo que hiciera para solucionar esta deformación en los objetivos del grupo? Un pastor nuevo en una creciente iglesia urbana ha tenido tres años para relacionarse con la gente y el contexto en que se halla su nueva iglesia. Ahora, siguiendo fuertemente la guía del Señor, anuncia a la congregación su deseo de llevar a su gente a un nivel más alto de efectividad en el ministerio. Convocando a los maestros de la congregación a una reunión especial, el pastor enseñó apasionadamente el pasaje de Efesios 4.11-16, desafiando a los maestros, sin importar la edad del grupo, a identificarse a sí mismos como quienes equipan para el ministerio, finalizando su enseñanza con la frase: “Su trabajo será ahora encontrar las maneras de dar libertad a los dones de sus alumnos, a fin de que ellos puedan encontrarse completos en el ministerio que Dios les ha dado. Cada miembro en la iglesia es un siervo y un ministro, aún los niños, y su papel es entrenarlos para la obra del ministerio”. Él les prometió todo apoyo, dinero y recursos para llevar a cabo esta nueva visión de “perfeccionar a los santos para la obra del ministerio”. Lejos de crear una respuesta positiva, se presentó la reacción opuesta. Muchos maestros estaban alegres, pero otros se encontraban muy confundidos y algunos de ellos renunciaron. El pastor, sin embargo, permaneció firme. ¿Qué aconsejaría a nuestro querido hermano hacer para que esta revolución acerca de “perfeccionar a los santos para la obra del ministerio” sea una realidad? ¿No esperó el tiempo suficiente? ¿Está siendo muy ambicioso? ¿Cómo desafiaría a los maestros a ver sus papeles desde un punto de vista bíblico? Dispuestos a experimentar

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La enseñanza es un discipulado “uno a uno”.

Un maestro de adultos que utiliza el modelo “uno a uno” en la consejería y el discipulado, pretende enseñar a sus miembros la fortaleza que existe en este tipo de relaciones. Después de todo, él mismo había sido mentoreado por años por un hombre piadoso en su

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