Fundamentos de Liderazgo Cristiano, Guia del Mentor, MG07

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F U N D A M E N T O S D E L I D E R A Z G O C R I S T I A N O

¿Quién es el mayor?

Devocional

Marcos 9.33-37 - Y llegó a Capernaúm; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino? [34] Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor. [35] Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos. [36] Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo: [37] El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió ” En la falta de claridad de los apóstoles encontramos un extraño consuelo. Si Cristo pudo usarlos en una forma remarcable aun a pesar de sus actitudes extrañas e impías en una gran variedad de asuntos, ¡entonces hay esperanza para nosotros! El texto visto anteriormente es importante porque ocurrió durante un viaje del señor Jesús. Sucedió luego de que Pedro hiciera su confesión (inspirado por Dios) sobre la identidad mesiánica de Jesús de Nazaret, y nuestro Señor reveló que más adelante sería traicionado, entregado a los escribas y al sumo sacerdote, y que sería crucificado. De alguna manera, los episodios que preceden a este incidente fueron los momentos decisivos de la revelación misma de nuestro Señor acerca de su identidad, sus intenciones y su tarea en el mundo. El Mesías de Dios sería avergonzado, torturado, humillado, y crucificado, pero tres días después resucitaría. Qué asombrosa enseñanza llena de implicaciones sobre la humildad de Jesucristo, y su deseo de seguir la voluntad de su Padre hasta lo más extremo. ¡Qué revelación: el ungido de Dios sería humillado por redimir a los suyos! Inmediatamente después de esta notable revelación, los apóstoles acompañaban a nuestro Señor a su pueblo de origen, Capernaúm. Por el camino, la conversación de los discípulos debe haber estado muy animada, tanto que intrigó a nuestro Señor y les preguntó el tema de la misma en el camino a casa. El silencio de los apóstoles debe haber sido grande, pues sabían de qué hablaban y se avergonzaron, tanto del contenido como de la manera en que platicaron. El texto es claro en el verso 34: “Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor”. Los apóstoles habían reconocido apenas que su maestro, Jesús de Nazaret era de hecho el Mesías esperado desde hace mucho tiempo, y sus mentes comenzaron a pensar en el “lugar de privilegio” que disfrutaban y que disfrutarían quizás en el Reino venidero. Cuán inadecuado y vergonzoso, estaban en el umbral de la enseñanza más clara del Señor acerca de su próxima humillación y muerte, y mientras tanto los apóstoles estaban hablando acerca de su propia bendición, grandeza e importancia.

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