Fundamentos para las Misiones Cristianas, Guia del Mentor, MG04

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F U N D A M E N T O S P A R A L A S M I S I O N E S C R I S T I A N A S

Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. [4] Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”. Lo que hace a esta ciudad muy deseable, muy gloriosa y muy maravillosa es que Dios morará con los suyos en ella, y Él será su Dios, y ellos su pueblo. Toda lágrima enjugada, ya no habrá muerte como tampoco llanto ni dolor, y toda la anterior crueldad de las épocas de la rebelión humana son eliminadas para siempre. ¿Puede algo en verdad ser más maravilloso y deseable que esto? El hecho que la ciudad originalmente fue un lugar de rebelión e idolatría hace que la Nueva Jerusalén sea una increíble realidad e incluso una sorprendente ironía. ¿Quién hubiera pensado que el Dios de los cielos iba a abrazar la noción de la malvada ciudad y la transformaría en un cuadro e imagen del paraíso mismo? La sabiduría y el conocimiento de nuestro Dios son inescrutables e insondables (comp. Ro. 11.34ss.). Siempre tome tiempo para ponderar la realidad que el fin de todas las cosas para la humanidad es una ciudad—ciertamente una ciudad del diseño de Dios e infinitamente enriquecida por su presencia misma, pero aun así—una ciudad. La esperanza de los santos de todas las épocas es habitar en la ciudad de Dios: Heb. 11.10 - Porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Heb. 13.14 - Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir. El Carpintero Divino está terminando la gran obra de construir una ciudad para que los suyos vivan en ella para siempre. ¿Puede algo sonar o ser más maravilloso que eso? ¿Tendrá alguien un mejor sentido de simetría, belleza, y excelencia que Él? Si Dios manifiesta su genio sobre una rosa o un árbol de pino, ¿no confiaremos en Él por su sobresaliente labor de construir un lugar para nosotros, sólo para nosotros? Laboremos en la ciudad hoy al esperar la ciudad que ha de venir, cuyo diseñador y constructor es Dios. Sí, Dios ha preparado para nosotros una ciudad .

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