Fundamentos para las Misiones Cristianas, Guia del Mentor, MG04
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F U N D A M E N T O S P A R A L A S M I S I O N E S C R I S T I A N A S
Tercero, la vida debe ser una vida de confianza en la promesa de Dios de establecer su ciudad. Hebreos habla de la fe mediante la cual Abraham “habitó en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas.… Porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios” (Heb 11.9–10). La ciudadanía celestial debe ser la base de la confianza en los problemas de la vida, meta hacia la cual la vida está dirigida. Pero una significativa diferencia distingue a los creyentes del NT de los del AT. De estos últimos se nos dice, “Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos y creyéndolo y saludándolo” (Heb. 11.13). Aunque el cristiano debe continuar de este modo como extranjero hasta la consumación (1 Pe. 1.1; 2.11), en un profundo y verdadero sentido el peregrinaje se ha terminado a causa de la obra expiatoria de Cristo (Ef. 2.19). Por medio de la perseverancia y fidelidad sustitutoria de Jesús (Heb. 12.2), los cristianos “os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial” (Heb. 12.22). Así que, aunque la manifestación geopolítica de la ciudad de Dios todavía es futura, por medio de la obra de Jesús ya ha sido eternamente establecida en los cielos y los creyente en Él ya han tomado residencia ahí (Juan 14.1–3) por medio de la unión con Él (Ef. 2.6). Por lo tanto la Iglesia de Jesús ahora vive en el mundo, de parte de Dios, como la santa “ciudad asentada sobre un monte” (Mt. 5.14). Agustín lo describió así: “La humilde Ciudad es la sociedad de hombres santos y ángeles buenos; la ciudad orgullosa es la sociedad de hombres malvados y ángeles malos. Una ciudad comenzó con el amor de Dios; la otra tuvo sus orígenes en el amor por el ego” (La Ciudad de Dios 14.13).
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~ Leland Ryken. The Dictionary of Biblical Imagery . (electronic ed.). Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2000. p. 153-154.
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