Fundamentos para las Misiones Cristianas, Guia del Mentor, MG04

1 8 /

F U N D A M E N T O S P A R A L A S M I S I O N E S C R I S T I A N A S

En la historia del evangelio las imágenes de la historia de Dios aparecen con mucha claridad: el Cordero de Dios es clavado en la cruz como sacrificio en sustitución por los pecados del mundo. Todo el que cree que quien murió es el Cristo, que murió y resucitó al tercer día, será libertado de sus pecados, perdonado de toda culpa delante de Dios, será investido con el Espíritu Santo quien habitará en él por toda su vida y será resucitado en el último día. Esta historia se ha repetido millones de veces en las vidas de hombres y mujeres, jóvenes y señoritas, durante más de 2,000 años quienes confían en la historia de Jesús como las Buenas Nuevas de salvación y vida para toda la gente. La misión consiste en contarle la historia a los pueblos del mundo en su propio idioma, de una manera que puedan entender y apreciar el amor y la gracia de Aquel que es su principal actor y protagonista. Dios es el héroe de su propia historia, y la historia de la salvación es nada menos que “Su historia”. Por la fe, la historia de la gloria de Dios puede llegar a ser nuestra propia historia cuando la aceptamos en nuestra vidas. Volver a descubrir el corazón del mensaje cristiano como historia, hace mucho que debería haberse llevado a cabo, y las señales de las nuevas “teologías de historias” y “teologías narrativas” es necesario que vuelvan otra vez para que entendamos el fundamento del discipulado y la misión cristiana. En el cimiento de nuestra fe existe una historia acerca de un predicador judío itinerante quien decía que Dios era su Padre. Los que creemos que Jesús de Nazaret realmente es el Mesías y Señor de todos, nos aferramos a esa historia ya que nuestras vidas, nuestra esperanza y nuestro ministerio dependen de ella. No olvidemos que nuestro “Había una vez” ciertamente tiene un “Y vivieron felices para siempre”. Participar en las misiones locales y mundiales es proclamar esa historia, la historia de la gloria de Dios, viviendo cada día aquí y ahora en la presencia misma del Señor quien la escribe por medio de nosotros, delante de quienes todavía tienen que oírla y entenderla.

1

En el mundo de las misiones mundiales, siempre es tiempo para contar historias.

Made with FlippingBook Online newsletter