Haciendo Justicia y Amando la Misericordia: Ministerios de Compasion, Guia del Mentor, MG16
H A C I E N D O J U S T I C I A Y A M A N D O L A M I S E R I C O R D I A : M I N I S T E R I O S D E C O M P A S I Ó N
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afuera y “hasta los fines de la tierra”, partiendo de Jerusalén (resumido en Hechos 1.8) probablemente le pertenece a Lucas. Movilización total . Los principales evangelistas eran los creyentes comunes (Hechos 8.4; 11.19–21), llamados “misioneros informales” (Harnack; Green). Dondequiera que vivieran o emigraran, las Buenas Nuevas se extendían a través de sus relaciones naturales de familia, amigos y conocidos (comparar con, 1 Pedro 3.15). Muchos de ellos, acostumbrados a dispersar chismes antes de convertirse, “también hablaban sobre el evangelio” con mayor convicción y profundo entusiasmo, la gente se convertía y era añadida a la iglesia, pasando a ser parte de esta fuerza evangelística. Aquellos que tenían dones especiales para predicar fueron animados a usarlos fielmente (1 Pedro 4.10–11; comparar con, 1 Co. 12–14; Ro. 12.6–8). Estos evangelistas eran “equipados” (comparar con, Efesios 4.11–13) por dos clases de líderes en la iglesia: el apostoloi itinerante (“apóstoles” o “misioneros”) y el presbyteroi residente (“ancianos”). Además de los doce y Pablo, había “misioneros en las iglesias” comisionados y apoyados por las iglesias en las casas (2 Co. 8.23; Filipenses 2.25; 3 Juan 6–7; Ap. 2.2; comparar con 1 Co. 9.4; 1 Tesalonicenses 2.7; etc.). Ellos iban de un lugar a otro, escogían líderes locales y procedían a predicar en otras áreas donde la gente no había sido evangelizada aún (comparar con, Hechos 14.23–28). Aunque la obra principal de los ancianos (también llamados episkopoi , “superintendentes” u “obispos”, y diákonoi como en Filipenses 1.1) era edificar la comunidad cristiana para que todos los miembros descubrieran y usaran sus dones espirituales; sirviendo en la evangelización (2 Ti. 4.5; comparar con, 1 Pedro 5.3), así como Pablo se preocupó en un modelo evangelístico para los ancianos de Éfeso (Hechos 20.18–28). Una de sus cualidades para llevar a cabo esta tarea era la buena reputación ante los incrédulos (1 Ti. 3.1–7). Estructuras simples. La movilización total se sostuvo durante dos siglos. Los primeros cristianos se reunían en hogares y ministraban “de casa en casa” (Hechos 20.20; comparar con, 2.46; 5.42; Ro. 16). Sin edificios que mantener, usaban sus limitados recursos para apoyar financieramente a los ministros y a los pobres entre ellos. Esto fue hecho probablemente de una manera consciente, no meramente por obligación o por las circunstancias (pobreza frecuente y persecución), ya que ellos tenían algunos recursos (comparar con, Hechos 2.44–45; 4.34–5.11; 1 Co. 16.1–4; 2 Co. 8.1–5) y no enfrentaban prohibición alguna en contra de edificios, sinagogas o santuarios para sus propósitos religiosos.
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