Iglesia poco común (Uncommon Church, Spanish Edition)

HACIENDO UNA IGLESIA SALUDABLE

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debemos evaluar si la iglesia valora otras prioridades, especialmente el estudio de las Escrituras. Oración. Tanto las oraciones individuales como las colectivas se practicaban en el Nuevo Testamento. Encontramos que la oración era un componente esencial en la iglesia de Jerusalén (Hechos 2:42). El modelo para la oración fiel fue Jesús, quien tomó tiempo lejos de las multitudes para buscar a su Padre y apartó horas especiales para encomendar eventos importantes a Dios (Lucas 3:21; 6:12; 9:28; Mateo 26:36-45). Generosidad. La iglesia primitiva practicaba esto (Hechos 2:44-45; 1 Corintios 16:2). Se refiere no solo a dar dinero, sino también a dar nuestro tiempo y talentos. Bautismo y comunión. Los primeros creyentes siguieron fielmente el mandato de Jesús del bautismo y se dedicaron al partimiento del pan como recordatorios visibles de la muerte y resurrección de Jesús (Hechos 2:38; 1 Corintios 11:23-26). Asistencia y participación en la iglesia. Hay razones legítimas para no asistir a la iglesia regularmente, como problemas de salud. Sin embargo, la mayoría de los cristianos profesantes que eligen no asistir al culto corporativo regularmente ponen excusas, como estar decepcionados con la hipocresía de la gente; estar cansado del conflicto; desaprobar la predicación o el estilo de la música; sentirse molesto por el horario de servicio, y así sucesivamente. Aunque estas pueden ser razones legítimas, la expectativa bíblica es que asistamos a la adoración corporativa de manera consistente. El Nuevo Testamento es claro: no hay concepto de un verdadero cristiano que no esté fielmente