Iglesia poco común (Uncommon Church, Spanish Edition)

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PARTE 2: BUSCANDO EL BIEN COMÚN

arrebatan presa, derramando sangre, para destruir las almas, para obtener ganancias injustas. Y sus profetas recubrían con lodo suelto, profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira, diciendo: “Así ha dicho Jehová el Señor”; y Jehová no había hablado (Ezequiel 22:26-28) Los sacerdotes no hicieron las cosas necesarias para distinguir al pueblo de Dios del resto de la manada. Los profetas se hicieron de la “vista gorda” ante todo el mal que las instituciones estaban cometiendo. Dios los llamó mentirosos. Despreciaban la santidad e hicieron que Dios fuera humano. No sé si se podrían hacer acusaciones peores contra aquellos que se suponía que eran representantes de Dios. Para Jerusalén, el resultado de un fracaso institucional masivo fue el juicio de Dios. No puedo ir tan lejos como para decir que este es el destino de cada ciudad que alcanza ese nivel de corrupción. Pero está claro que las instituciones corruptas no son agradables a Dios. También está claro que las propias ciudades poseen un cierto espíritu que no es neutral. Y las instituciones religiosas desempeñan un papel fundamental en la regulación del bien común de una ciudad. LOS BARRIOS NO SUCEDEN SIMPLEMENTE Teniendo en cuenta esta discusión sobre las instituciones, está claro que los barrios no suceden por sí solos. Los poderes oscuros han utilizado las instituciones para garantizar que haya ricos y pobres en todas las áreas urbanas. Una de sus herramientas más poderosas es la opresión racial.

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