Iglesia poco común (Uncommon Church, Spanish Edition)

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PARTE 1: IGLESIA POCO COMÚN

no tenía escuela ni sinagoga, y no tenía planes de comenzar una. ¡Ni siquiera tenía una casa! Pero no estaba sin hogar. Dependía de la generosidad de amigos, parientes, asociados y vecinos que creían en su misión. Esto es evidencia de que a lo largo de su ministerio, Jesús continuó la vida de pobreza laboral en la que había crecido. Aquí hay una pregunta natural que surge: como obreros de la iglesia, ¿cuál debería ser nuestra postura con respecto a vivir con los pobres? Algunos creen que para ser realmente como Jesús, debemos ser encarnados como él fue y vivir como personas empobrecidas. Creo que Jesús respondió a esta pregunta a continuación. Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. (Mateo 19:16-22)

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