Iglesia poco común (Uncommon Church, Spanish Edition)

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PARTE 1: IGLESIA POCO COMÚN

él llama a la iglesia su novia (Efesios 5:25-27). Si habla de mi novia negativamente, la primera vez puedo ser cordial y dejarlo pasar. La segunda vez, le haré saber que no es genial. La tercera vez, esas son palabras de lucha. Cruzar la línea de la crítica a la acusación conduce a subestimar a la iglesia y recurrir a cosas como la política que juega un papel para el que no está construida. Esto parece nacer de la desilusión y/o una visión poco clara del propósito de la iglesia. La política tiene su papel, ya que es una forma de practicar la defensa, pero solo la iglesia es el camino. Alguien entra para tratar de salvar al barrio. Sucede una experiencia (o experiencias) devastadoras que llevan a esa persona a la angustia. Cuando la capa se desprende, y la persona se da cuenta de que no puede salvar al barrio, llega a una encrucijada espiritual. Ahí es donde una guerra por lo que sabe sobre el barrio, la soberanía de Dios, y la autoridad de la Biblia tiene lugar. La suya es una colisión entre el idealismo y la realidad. Y en lugar de elegir trabajar a través del dolor asociado con el ministerio, comienza un lento deslizamiento hacia el universalismo o el humanismo. No puede hacer un ministerio sostenible a menos que tenga una teología práctica de los pobres. La iglesia es todo lo que tiene, y es todo lo que necesita. La mayoría estaría de acuerdo en que la experiencia normal de la iglesia es nutritiva, satisfactoria y no tóxica, incluso si es imperfecta. No todas las iglesias dañan a su rebaño. Es por eso que es una farsa rechazar a la iglesia como una respuesta para el barrio. La mayoría de los que toman el camino hacia el humanismo o el universalismo llegaron con un síndrome del salvador y no se basaron en lo que realmente significa la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo.