Jesús Recortado de la Imagen

El Método Pragmático

tomara una “decisión de compra” (aceptar a Cristo como Salvador), ellos podrían más adelante basarse en los aspectos más complicados o desagradables del discipulado. No tenía ningún sentido introducir a los creyentes a todas las complejidades del cristianismo, cuando era tan sencillo “aceptar el pago de Cristo sobre el pecado en la cruz”. Dado que las iglesias diseñaron sus servicios y actividades para atraer a los de afuera, trataron de “mantener todo fácil y sencillo”. Pero en ese ambiente, una vez que una persona recibía a Cristo, habían pocas oportunidades de conocer los aspectos más profundos y desafiantes del discipulado. Mientras los nuevos creyentes se hacían viejos en la fe, eran mal equipados para discipular a los nuevos, pues ellos mismos nunca habían sido orientados hacia la madurez cristiana. Los nuevos sumos sacerdotes La década de 1970 también trajo una nueva apertura al movimiento de auto-realización que se inició en 1960. Con ello llegó un nuevo interés por la introspección y la salud psicológica. Esto encontró su forma en la iglesia como un método para asegurar una buena vida, donde la Biblia era vista como el último recurso para la salud mental. Así, mientras que los tradicionalistas habían reverenciado al pastor como el “hombre del púlpito” (la principal fuente de la verdad bíblica), los pragmáticos comenzaron a ver al pastor como la primera instancia para la consejería personal. Si el pastor no podía proporcionar consejos útiles, entonces se buscaba asesoramiento profesional como una solución alternativa. Con el avance de la psicología como ciencia legítima, muchos cristianos creyeron que los terapeutas tenían los medios más efectivos (racionalismo) para hacer frente a las dificultades de la vida (individualismo). Como resultado, los consejeros se sobrepusieron a los pastores como los nuevos “sumos sacerdotes” de su pragmática fe.

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