Jesús Recortado de la Imagen

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Pastores de fama El enfoque tradicionalista era que el pastor era alguien que estaba “tan cómodo con los libros y el aprendizaje como con los achaques del alma, quien cada domingo conducía al rebaño por los tesoros de la Palabra de Dios”. 83 El pragmatismo alteró estas expectativas. El pastor pasó de ser un pastor de confianza a un comunicador de fama . El movimiento renovador de la fe fronterizo (ver capítulo 13) había propagado la idea de que era necesaria la comunicación efectiva para ganar a muchos para Cristo; y allá por la década de 1970 cinco décadas de industria estelar de Hollywood habían hecho de la celebridad un accesorio fundamental de la vida estadounidense. La proliferación de la televisión y otros medios publicitarios, junto con el concepto de mercadeo , hicieron lógico suponer que si una iglesia iba a ser saludable necesitaría de un líder atractivo, elocuente y carismático. Hace unos años, fui testigo de la manifestación de este erróneo pensamiento durante una reunión congregacional para considerar a un candidato pastoral. Un hombre pidió el micrófono y citó la investigación de Barna acerca de la necesidad de contar con un comunicador de clase mundial . Al parecer, sin tratar de herir los sentimientos de los candidatos altamente calificados que estaban de pie ante la congregación, el hombre empezó a quejarse del por qué no se pudo encontrar un orador más carismático. Él dijo: “Después de todo, vivimos en Burbank, la capital mediática del mundo. ¿No pudimos encontrar a alguien mejor que hable a nuestra cultura?” Mientras muchas personas asintían con sus cabezas, sus ridículos argumentos fueron incuestionables.

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