Jesús Recortado de la Imagen

Jesús Recortado de la Imagen

advirtió al Rey Théoden que reuniera a sus tropas para la batalla contra el ejército invasor. Cuando Théoden dudó, porque no quería arriesgarse a una guerra abierta, Aragorn sabiamente le advirtió que la guerra estaba sobre él, ya sea que le gustara o no a Théoden. Algunas personas desean negar la existencia del diablo. Otros se sienten incómodos con la idea de confrontar al diablo, el mundo y la carne. Ellos podrían pensar: “Tal vez si no enfrentamos al mal, podemos escapar de la dificultad. ¿Por qué crear problemas cuando al final los poderes del mal son derrotados de todos modos? No hay que provocarlos. Dejen las cosas como están”. Ciertamente, no es aconsejable provocar o burlarse del enemigo (Jud. 9), pero dejar solos a los poderes del mal no eximirá a nadie de las pruebas. Tal ingenuidad acerca de las artimañas del enemigo ignora el hecho de que hay seres que atacan por iniciativa propia y con persistencia implacable (2 Cor. 2:11). Este tipo de pensamiento deja a los creyentes vulnerables a la decepción e ineficaces en una crisis. Pueden ser tomados desprevenidos cuando venga la aflicción. Las ilusiones de uno acerca de la guerra espiritual no van a cambiar la realidad de la misma. Este conflicto ha durado mucho tiempo y continuará por mucho tiempo en el futuro hasta que Jesús venga a ponerle fin de una vez por todas. No es una guerra que cualquier humano empezó. Ignorarla y confiar en que se irá, no tendría ningún efecto. Los poderes del mal no cederán simplemente porque las personas los eviten.

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