La Busqueda del Pergrino

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Tú, fuente oculta de calmo reposo

Tú, fuente oculta de calmo reposo; Tú, amor divino más que suficiente, Mi ayuda y mi refugio contra mis enemigos, seguro estoy, si Tú eres mío; Del pecado, y del dolor, y de la vergüenza, me escondo en Tu Nombre, Jesús. Tu nombre poderoso es salvación, y mantiene mi alma feliz; Trae consuelo, poder, paz, gozo, y amor eterno; Con tu amado nombre se me otorgan el perdón, la santidad, y el cielo. Jesús, tú eres mi todo; mi descanso en el esfuerzo, mi alivio en el dolor, La cura para mi corazón herido; en la guerra mi paz, en la pérdida mi ganancia, Mi sonrisa bajo el ceño fruncido, en la vergüenza mi gloria y mi corona. En la necesidad mi abundante provisión, en debilidad mi fuerza poderosa; En prisión mi perfecta libertad, mi luz en la hora más oscura; Mi gozo en el dolor, mi escudo en la lucha, y en la muerte mi vida eterna.

~ Charles Wesley, 1707-1788. Ibíd , pág. 104.

Permaneciendo en amor celestial

Permaneciendo en amor celestial, mi corazón no temerá ningún cambio; Y la seguridad es muy confiable, pues nada cambia aquí: La tormenta puede rugir sin mí, mi corazón puede ser humillado;

Pero Dios me está rodeando, ¿será que puedo desmayar?