La Busqueda del Pergrino

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Buscando el avivamiento por medio de la oración que prevalece

La necesidad de la oración Este es un momento increíblemente estratégico en la historia de las misiones mundiales, un esfuerzo que se ha vuelto cada vez más un desafío urbano. Nuestra convicción más profunda acerca del futuro de las misiones urbanas es sencillo y potente: las ciudades del interior de Estados Unidos (como también las de todo el mundo) son simplemente imposibles de ganar sin una visitación nueva y fresca de Dios. Casi sesenta millones de personas viven en las comunidades urbanas más pobres de Norte América, con más del 90% de estos residentes que afirman no tener ningún conocimiento o relación con Dios en Cristo Jesús. Estas comunidades torturadas han sido profundamente marcadas por la violencia, explotadas económicamente y sufren terribles condiciones sociales y graves problemas relacionados con la salud. Las ciudades del interior de Estados Unidos son peligrosas en diferentes niveles, y todavía siguen llenándose de poblaciones inmigrantes que ingresan cada día. Aparte de esto, esta la soporífera diversidad étnica y racial de la ciudad, lo que la convierte en uno de los campos más peligrosos y desafiantes del mundo actual. Quizás la mayor desventaja de todas es que estas ciudades sufren de un masivo desaliento y desesperación nihilista (negación de todo principio religioso, político y social. Negación de toda creencia); todo el mundo parece vivir con miedo y temor, y con un profundo sentido de desesperanza. El llamado a la oración sistemática, centrada y disciplinada no está bañado en nostalgia. Esto no es un llamado a repetir los “buenos tiempos” del pasado (e.d., un regreso nostálgico a los días de gloria de las reuniones de gran avivamiento, o cualquier otro avivamiento de la historia). Tampoco es un llamado a los que sienten culpa por no pasar unas horas más en oración porque sienten que lo necesitan. Ni estamos suplicando un poco más de esfuerzo en la oración, o una especie de énfasis temporal en oración por las ciudades que podría efectuarse holgadamente y convenientemente “cada seis meses” o algo parecido.