La Busqueda del Pergrino

PA RT E I : E S TA B L E C I E NDO E L R UMB O / 6 1

Testamento. “Todo lo que Dios ha dicho y hecho en la historia de Israel se llevó a término en el Reino de Dios” (Dale Patrick).

8. Pero Jesús ofrece una nueva comprensión de un concepto ya entendido. Él vierte su propia autoridad en el Reino de Dios y ofrece una nueva interpretación definitiva de la promesa y enseñanza del Antiguo Testamento. Asegura que el “Reino de Dios” es la clave para interpretar el Antiguo Testamento. Está de acuerdo con los judíos que el Reino es Dios llegando a la historia y reinando al otorgar la salvación a su pueblo y juicio a sus enemigos. Pero Jesús va mucho más allá al proveer una interpretación nueva de su gran reinado. (Marcos 1:15). El tiempo del cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento había llegado. Incluso va más allá de esto mediante la enseñanza de que el Reino está presente en su propia persona y ministerio (Mateo 11:1-15, 12:28; Lucas 10:23 y sig.; 17:20 y sig.). La enseñanza de que el Reino de Dios ha llegado o está aquí es radicalmente nueva. Ningún rabino judío había enseñado tal cosa (Lucas 10:23 y sig.). 9. Jesús sorprende y deja perplejos a sus oyentes diciendo que el Reino de Dios que todos habían estado esperando estaba presente 10. Pero Jesús, al igual que la mayoría de los judíos de su tiempo, también enseñó que el Reino de Dios estaba todavía en el futuro, es decir, que aún estaba por llegar (ej., Mt. 6:10, 8:11 y sig.; 25:31-34; Lc. 21:31, 22:17 y sig.; comp. Mt. 5:3-12; Mc. 9:47). 11. La solución a esta extraña enseñanza es darse cuenta de que la nueva perspectiva de Jesús sobre el Reino de Dios contiene dos elementos: El Reino está presente y también es futuro. Jesús enseñó dos venidas del Reino. En primer lugar, el Reino vino en parte en su propia persona y ministerio. En segundo lugar, Jesús enseñó que habría una futura venida completa de su Reino cuando regresara al final de la historia humana. 12. Ahora podemos entender lo que Jesús quiso decir con “el misterio del Reino” (Marcos 4:10 y sig.). Esta perspectiva nueva y extraña sobre el Reino de Dios enseña que las promesas del Antiguo