La Busqueda del Pergrino

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Oraciones por los que están en el ministerio (liderazgo de la iglesia, misioneros)

Oh Dios, Pastor y Gobernador de tu pueblo fiel, míranos en tu misericordia, te rogamos por tus siervos, obispos y pastores de tu Iglesia en esta tierra. Sostenlos y guíalos en sus tareas; defiéndelos, consuélalos, y santifícalos; y concédeles ir delante de tu pueblo con tal buena palabra y ejemplo que, con las ovejas encomendadas a su cargo, puedan alcanzar la vida eterna. Concede también, Oh Señor, te rogamos, la ayuda de tu gracia a todos tus siervos que ministran en todo el mundo, y que les des la fortaleza para llevar a cabo su trabajo. Conmueve los corazones de más personas de tu pueblo para que deseen participar de este oficio y trabajo, y quita lo que les impide buscarlo; que las filas del ministerio, sean llenas de obreros santos, prudentes y celosos, para que tu gloria se manifieste por la salvación de los perdidos y la edificación de los fieles, y tu reino se establezca en la gozosa sumisión de todas las voluntades a la tuya; por medio de Jesucristo nuestro Señor. Amén. ~ Dean Goulburn, 1818 D.C. S. E. Fox. A Chain of Prayer across the Ages. (Una cadena de oración a través de las edades). Pág. 232. Padre de misericordia, te suplicamos que envíes sobre tus siervos, los misioneros y los maestros de tu Iglesia, tu bendición celestial; y que también los revistas con tu Espíritu Santo para que, predicando tu Palabra, no sólo puedan estar prontos para redargüir, suplicar, y reprender con toda paciencia y doctrina, sino que también puedan ser, para los que creen, ejemplos íntegros en palabra, conducta, amor, fe, castidad y pureza; que, cumpliendo fielmente su plan, en el último día, puedan recibir la corona de justicia preparada por el Señor Jesús, el juez justo, quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un mundo divino que no tiene fin. Amén.

~ Libros de oración de la Comunidad Anglicana . Suter. The Book of English Collects . (El libro de recopilaciones en inglés). Pág. 197.

Oh Señor Jesucristo, el verdadero pastor de nuestras almas, humildemente te suplicamos que en tu misericordia tengas en cuenta a tu rebaño, pobre y disperso, a quien Tú has comprado con tu preciosísima sangre, y que envíes a estos pastores a que diligentemente busquen a las ovejas perdidas, las pongan sobre sus hombros con amor, y las traigan de nuevo al redil. Que en Tu Iglesia siempre hayan buenos obispos, predicadores sabios, maestros fieles,