Listos para la siega

I NTRODUCCIÓN • 29

verdad. Como evidencia del Reino de Dios y guardianes de la Palabra de Dios, la Iglesia se encarga de definir claramente y defender la fe una vez por todas entregada a la Iglesia por los apóstoles. Conclusión: Buscando nuestro futuro mirando hacia atrás En un tiempo en que tantos se confunden por el caos ruidoso de tantos que dicen hablar por Dios, es hora de redescubrir las raíces de nuestra fe, volver al principio de la confesión y práctica cristiana y ver, si de hecho, podemos recuperar nuestra identidad en el torrente de la adoración a Cristo y el discipulado que cambió el mundo. A mi juicio, esto puede hacerse a través de una apropiación crítica y evangélica de la Gran Tradición, esa creencia y práctica central que es la fuente de todas nuestras tradiciones, ya sean católicas, ortodoxas, anglicanas o protestantes. Por supuesto, las tradiciones específicas seguirán tratando de expresar y vivir su compromiso con la Tradición Autorizada (es decir, las Escrituras) y la Gran Tradición a través de su adoración, enseñanza y servicio. Nuestras diversas tradiciones cristianas, cuando están enraizadas y expresadas desde la enseñanza de la Escritura y dirigidas por el Espíritu Santo, seguirán haciendo que el Evangelio sea claro dentro de nuevas culturas o subculturas, hablando y modelando la esperanza de Cristo en nuevas situaciones formadas por su propio conjunto de preguntas planteadas a la luz de sus propias circunstancias únicas. Nuestras tradiciones son esencialmente movimientos de contextualización, es decir, son intentos de hacer clara dentro de los grupos de personas la Tradición Autorizada de una manera que les lleva fiel y efectivamente a la fe en Jesucristo. Debemos, por lo tanto, encontrar formas de enriquecer nuestras tradiciones contemporáneas, reconectando e integrando nuestras confesiones y prácticas contemporáneas con la Gran Tradición. No olvidemos nunca que el cristianismo, en su esencia, es un testigo fiel de los actos salvíficos de Dios en la historia. Como tal, seremos siempre un pueblo que busca encontrar nuestro futuro mirando hacia atrás a través del tiempo en esos momentos de revelación y acción donde la Regla de Dios se hizo evidente a través de la encarnación, la pasión, la resurrección, la ascensión y la próxima venida de Cristo. Recordemos, celebremos, actuemos, aprendamos de nuevo y proclamemos apasionadamente lo que los creyentes han confesado desde la mañana de la tumba vacía: la historia salvífica de la promesa de Dios en Jesús de Nazaret de redimir y salvar a un pueblo para sí mismo. Notas al final del capítulo 1 Ola Tjorhom, Visible Church–Visible Unity: Ecumenical Ecclesiology and “The Great Tradition of the Church.” [Eclesiología Ecuménica y “La Gran Tradición de la Iglesia”] Collegeville, Minnesota: Liturgical Press, 2004. Robert Webber definió la Gran Tradición de esta manera: “[Es] el esquema general de la creencia y la práctica

Made with FlippingBook Ebook Creator