Meras Misiones

154 • M eras M isiones : A vanzando para M ultiplicarnos

Fundamentalmente, uno se convierte en conversó cuando la persona escucha la Buena Nueva de lo que Dios ha hecho en Cristo Jesús y responde, a través de la fe (Ef. 2:8), a la convicción del Espíritu Santo (Juan 16:8). Recuerde, el que proclama es sólo un mensajero y no tiene poder para convertir. Esa es la obra del Espíritu Santo y sólo suya. Pero el mandato no es hacer un converso sino hacer un discípulo. ¿Cómo equipamos, es decir, “proveemos los elementos necesarios para un propósito particular” (Diccionario Oxford), al converso que confiesa que Jesús es Señor y cree que ha resucitado y está vivo (Rom. 10:9) para que otros puedan ver que su conversión es auténtica al seguir a Aquel a quien se han convertido? ¿Cuáles son los elementos necesarios que debemos suministrar para que el discípulo pueda demostrar una fe que produzca fruto espiritual con el arrepentimiento (Mat. 3:8)? Según la Gran Comisión en Mateo, hay dos elementos de preparación en los que discipulamos a un converso para que sea discípulo de Jesús. Los equipamos brindándoles el bautismo y enseñándoles todo lo que Jesús ordenó. La responsabilidad del converso es someterse y obedecer. El primer elemento de equipamiento que proporcionamos es el bautismo (Mat. 28:19). Este acto único es más que un lavado simbólico del pecado conocido; es un bautismo en el Señor Jesús. Demuestra que el converso ha sido crucificado con Cristo, sepultado con Él en Su muerte, y ahora ha resucitado a una nueva vida como hijo de Dios y es trasladado a la Sociedad del Reino. Este sacramento es una de las mayores alegrías del participante y de quienes presencian la experiencia. Si el hacedor de discípulos no suministra el sacramento del bautismo al que confiesa su lealtad al Señor Jesús, no está equipando al converso. No han cumplido el mandato del Señor de hacer un discípulo. El segundo elemento de equipamiento que proporciona el hacedor de discípulos es enseñarles a guardar todo lo que Jesús enseñó a los discípulos según lo registrado en los Evangelios (Mateo 28:20).