Meras Misiones

162 • M eras M isiones : A vanzando para M ultiplicarnos

decir, en su comprensión general de las Escrituras, experiencia ministerial y vida centrada en Cristo. Por eso es necesario centrarse en los principios del aprendizaje. A partir de estos principios se puede elaborar un programa de aprendizaje a la medida para equipar al individuo identificado. Principio #1 – Desarrollo del Liderazgo. “La supervivencia del más fuerte no es lo mismo que la supervivencia de los mejores. Dejar el desarrollo del liderazgo al azar es una tontería” (Morgan McCall). Diseñar tu plan de desarrollo de liderazgo requiere oración e intencionalidad. Una sola talla no sirve para todos. Los líderes no nacen, se hacen. Debe conocer a su aprendiz y lo que necesita para convertirlo en un líder. Principio #2 – Entrenamiento Bíblico y Teológico. “Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Gálatas 1:9). Desde el comienzo de la historia, el enemigo ha tratado de torcer y difamar la Palabra de Dios. Una verdad a medias es siempre una mentira total. La historia de la Iglesia está llena de mujeres y hombres que sacrificaron sus vidas por la defensa de la confesión de la Iglesia, lo que ella ha “creído en todas partes, siempre y por todos”. Un programa de aprendizaje sólido respeta y exige esto; uno bueno siempre tiene un componente de formación bíblica y teológica de calidad. Principio #3 – Experiencia (Trabajo de campo/Botas en el terreno). “Y estableció a doce (a quienes también llamó apóstoles), para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar” (Marcos 3:14). El diseño de la parte de la experiencia de la capacitación dependerá del llamado y los dones (ministerio o misiones) del individuo. En cualquier caso, ser un aprendiz no se trata sólo de libros que leer y tareas que completar. Los mejores aprendizajes deben incluir que el líder experimentado (con el mismo don) invierta personalmente en el aprendiz con el mismo llamado y don. Jesús el Apóstol (Heb. 3:1) enseñó a Sus apóstoles al tenerlos